La crecida del Sena activó la alarma del Louvre, este viernes cerrado al público, donde en una carrera contrarreloj se trata de poner a salvo las más de 250.000 obras de arte que se encuentran en el subsuelo y pisos más bajos. Esa es la parte del museo que podría inundarse con la subida del río.
El trabajo comenzó mucho antes de que la crecida
del Sena alcanzase París ya que, según cálculos de la Superintendencia, hacen
falta al menos 72 horas para evacuar los objetos preciosos, cuadros, y
esculturas del inmenso archivo del museo.
"La célula de crisis es informada con
regularidad sobre la subida del nivel de agua por la brigada de bomberos del
Louvre", explicó un portavoz. "Todos han trabajado durante la noche,
no podemos asumir el mínimo riesgo ante estas colecciones públicas, célebres en
todo el mundo", agregó.
Es verdad que la Gioconda y las demás obras
maestras de la pintura están al seguro en los pisos superiores de la
pinacoteca, pero lo mismo no se puede decir de las colecciones hospedadas en el
primer subsuelo, en particular en la nueva ala dedicado al arte islámico.
También fue cerrado por riesgo de inundación, desde
este viernes hasta al menos el martes, el Musée d'Orsay, igualmente volcado en
evacuar las obras conservadas en sus archivos, menos numerosas de las del
Louvre pero también de gran valor.
Ambas evacuaciones se hacen "a título
preventivo", se apresuraron a subrayar los portavoces de ambos museos,
aunque admitieron que precauciones de este tipo no se habían tomado en las
últimas décadas.
Louvre y Orsay no son los únicos centros culturales
afectados por esta crecida excepcional. A orillas del Sena tuvieron que cerrar
sus puertas también el Grand Palais y la Biblioteca nacional 'Francois
Mitterrand', mientras la Cité de la mode e du design, vanguardista complejo que
alberga el Musée de l'Art ludique, entre otros, está ya flotando en el agua,
con el portico inferior totalmente sumergido.
Tampoco va bien a orillas del río Loira, donde
algunos de los célebres castillos han sido inundados, empezando por el Domaine
de Chambord, célebre residencia del rey Franciso I, donde el agua alcanzó el
patio real e hizo derrumbarse un muro.
Graves daños han sufrido también los jardines del
castillo de Azay-le-Rideau, recién restaurados.
Fuente: http://www.ambito.com/movil/noticia.asp?id=841900