Científicos de la UBA identificaron moléculas claves en la capacidad infectiva del parásito de la hidatidosis, una zoonosis que en humanos produce quistes en hígado y pulmones y afecta a unos 400 argentinos por año.
Un equipo de investigadores argentinos creó un
método innovador que mejora el estudio, y quizás el diagnóstico y tratamiento,
de la hidatidosis: una enfermedad producida por un parásito que transmite el
perro a través de su materia fecal y en el humano forma quistes en hígado, pulmones
y (en menor medida) músculos y huesos. A
su vez los perros se contagian consumiendo achuras crudas con quistes de
ovejas, cabras, bovinos y cerdos.
Los científicos, liderados por la doctora Laura
Kamenetzky, del Instituto de Investigaciones en Microbiología y Parasitología
Médica (IMPaM) de la Facultad de Medicina de la UBA y dependiente del CONICET,
identificaron “moléculas clave” que influyen en la capacidad infectiva del
parásito, Echinococcus granulosus, y podrían ser utilizadas para el diagnóstico,
tratamiento y/o seguimiento de la enfermedad.
Se trata de 886 precursores de microARNs, hasta el
momento desconocidos, que inactivan o silencian la expresión de genes cuya
actividad es clave para la vida del parásito, explicó Kamenetzky a la Agencia CyTA-Leloir.
Para llegar a ese resultado, los investigadores utilizaron un software
denominado “mapas auto-organizativos profundos” (deep SOMs, por sus siglas en
inglés) y datos genómicos obtenidos mediante herramientas de punta.
“Conocer la existencia de estas moléculas abre
caminos para el futuro desarrollo de técnicas diagnósticas más efectivos y
fármacos y otras herramientas diseñadas para inhibir a ese patógeno”, dijo
Kamenetzky, quien agregó que la misma metodología (bautizada miRNA-SOM) podría
utilizarse en otras enfermedades infecciosas.
En la Argentina, la hidatidosis representa un problema de salud pública en un tercio del territorio y se notifican unos 400 casos por año, que, por lo general, son personas de bajos recursos que adquieren la infección en la niñez (por ejemplo, dejándose lamer por perros o tomando agua contaminada con su materia fecal). El diagnóstico suele ser tardío y los síntomas pueden aparecer después de muchos años, cuando los quistes se hacen más grandes.
Fuente: http://mobile.infocampo.com.ar/#/n/80403