El Poder Ejecutivo subastará 33 propiedades estatales: ocho de ellas se encuentran en el exterior. Son inmuebles que están en desuso y sin mantenimiento. En esta nota, el detalle con imágenes de los lugares.
El gobierno nacional autorizará a la Agencia de
Administración de Bienes del Estado (AABE) a vender 33 propiedades públicas. Y
el dato saliente es que entre ellas están las residencias oficiales de los
embajadores argentinos en los Estados Unidos y Brasil.
El decreto será publicado esta semana en el Boletín
Oficial, pero Infobae ya accedió a la nómina completa: ocho inmuebles y
terrenos están en el exterior del país; los demás se reparten entre ciudad y
provincia de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Jujuy.
Se trata de bienes en desuso, subutilizados o que
no cumplen actividades al servicio del Estado, porque no ayudan al desarrollo
de sus comunidades locales: hay galpones, terrenos baldíos y edificios vacíos
que -explican desde el oficialismo- generan importantes gastos de
mantenimiento. Hay incluso residencias de las que se robaron hasta la chimenea.
Todos serán vendidos mediante un proceso de subasta
pública que se hará a través del Banco Ciudad; en el caso de las posesiones en
el extranjero -aclararon desde la AABE que preside Ramón Lanús-, habrá que
adaptarse a lo que indique la legislación del país correspondiente.
Fuentes oficiales le explicaron a este medio que el
dinero recaudado se usará para comprar nuevas residencias oficiales. Así el
Estado dejará de pagar alquileres y gastos de mantenimiento innecesarios. En
algunos casos, los espacios se destinarían a la construcción de viviendas.
EMBAJADORES
ITINERANTES
La residencia oficial que debería ocupar el
embajador argentino en los Estados Unidos está abandonada desde 2010: años de
desidia provocaron que la espléndida propiedad de 1908 m2 cubiertos, ubicada en
el 1815 Q STREET NORTHWEST (una zona privilegiada de Washington), luzca hoy
visiblemente deteriorada.
Las imágenes a las que accedió Infobae son
elocuentes: pisos rotos, paredes descascaradas y escaleras de servicio
arrumbadas reflejan la debacle de la construcción. La puesta en valor de ese
edificio costaría casi cuatro millones de dólares, pero no hay presupuesto
suficiente.
Aunque parezca insólito, hace seis años que el
Estado paga religiosamente un alquiler mensual para que su representante
diplomático –hoy Martín Lousteau- pueda habitar una vivienda en buenas
condiciones. Al mismo tiempo, el erario público afronta los gastos de
mantenimiento (limpieza, fumigación, etc) de la casona deshabitada.
Un dato que refleja el dispendio es que, sólo en
2016, la Argentina ha tenido que desembolsar 195 mil dólares: 135 de alquiler y
60 mil por limpieza, desinfección, etc. de la propiedad sin uso.
Algo similar sucede en Brasil: la residencia
oficial –situada en Brasilia- está sin uso desde 2012, porque el embajador de
entonces consideró que la ubicación de la casona ya no era conveniente y
decidió mudarse a un inmueble alquilado.
El paso del tiempo hizo estragos y la propiedad se
deterioró a tal punto que habría que invertir más de USD 2 millones para
refaccionarla.
Por eso, desde hace cuatro años el Estado argentino
afronta un doble gasto: paga un arrendamiento costoso para que su representante
diplomático tenga donde vivir, y a la vez mantiene una residencia abandonada de
1.112 m2 cubiertos. Sumados ambos conceptos, sólo en 2016, de las arcas del
erario público salieron 240 mil dólares.
La administración macrista hizo cuentas, entendió
que los números no cerraban y decidió subastar ambas residencias y un anexo de
la embajada en Washington (sección consular) que también está sin uso: según
estimaciones oficiales, por la venta de los tres inmuebles (dos en EEUU y uno
en Brasil), a las arcas del Estado ingresarían 45.5 millones de dólares.
En Colombia y en Uruguay también hay propiedades
estatales que serán puestas a la venta: la Argentina tiene en el país cafetero
dos inmuebles que deberían ser empleados como oficinas administrativas; del
otro lado del Río de la Plata es dueña del ex Centro Cultural 19 de Abril y
posee un terreno en Colonia que está abandonado.
Todos estos bienes también se encuentran
deteriorados y en algunos casos su valor de reventa es inferior a lo que
costaría la puesta en valor. Por eso, el macrismo considera atinado
desprenderse de ellos: las transferencias de estos cuatro espacios le redituarían
–según cálculos oficiales- alrededor de 5 millones de dólares.
Si se suman las ventas de todos estos activos en el
exterior, el gobierno nacional ingresaría a las arcas estatales unos 50.5
millones de dólares.
UNA NUEVA TANDA DE VENTAS
El gobierno nacional anunció a fines de agosto la
venta de varios predios estatales. Y en el epílogo de septiembre la historia se
repetirá: esta semana pondrá en el mercado varias propiedades.
El caso más resonante tiene que ver con la venta de
la manzana donde actualmente se encuentran las oficinas de la Administración
General de Puertos (AGP). Sin embargo, aquí es necesaria una aclaración: dicho
inmueble no se va a vender. Se incluye en este decreto para permitir su
unificación con el inmueble lindero y posterior afectación a su propiedad
horizontal. De este modo, el inmueble de Aysa que se encuentra al lado de AGP,
se venderá a un mayor valor.
A pocos metros hay otra propiedad que se encuentra
desocupada y el Estado paga un servicio de vigilancia para que no lo usurpen.
Las obras para su refacción se interrumpieron hace 17 años. Para obtener un
mayor valor de venta, en el proceso de venta se unificará con el inmueble
lindero de AGP y se afectará a propiedad horizontal.
El predio más grande de los que saldrán a la venta
se encuentra en La Matanza: se trata de un inmueble de 9.962 m2 de superficie
con salida a tres calles, situado a 200 m de la Estación María Sanchez de
Mendeville del Ferrocarril Belgrano y del Camino de Cintura. El terreno está
desocupado pero en muy buen estado. La intención es destinarlo para la
construcción de viviendas.
En Vicente López y en La Boca también hay bienes
que dejarán de pertenecer al Estado: el primero se encuentra sobre avenida Del
Libertador y se utiliza como playa de estacionamiento de una vinoteca lindera
al inmueble; el segundo es una construcción abandonada y en muy mal estado, ya
que su ingreso está anegado por deterioro de la fachada y tiene mallas de
protección para sostener la mampostería. En este caso se necesita una gran
inversión para su puesta en valor y no hay presupuesto.
Se trata de una nueva tanda de ventas, con el
agregado de que incluye bienes en el exterior. La idea del Gobierno es empezar
a cerrar las canillas (muchas) que gotean de forma imperceptible, pero generan
un derroche de recursos inaceptable para un país que tiene una enorme parte de
su población bajo la línea de pobreza.
Fuente: http://www.infobae.com/politica/2016/09/26/el-gobierno-vendera-las-residencias-oficiales-de-los-embajadores-argentinos-en-eeuu-y-brasil/