“Son los hijos de la década del 90”,
definió un criminólogo al describir a los jóvenes detenidos del servicio
penitenciario provincial La Dirección Nacional de Política Criminal elaboró un
informe sobre ejecución de la pena. Matriz cultural del delito en Argentina.
Tienen menos de 35 años y sólo la mitad de
ellos terminó el primario. En general estaban viviendo en pareja cuando los
detuvieron, y no tienen oficio ni profesión. Casi todos están presos por
delitos contra la propiedad cometidos en los últimos cinco años. Son los
hombres que habitan el penal de Villa Urquiza, condenados o con un proceso
penal en trámite.
La Dirección Nacional de Política Criminal
elaboró el informe del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la
Pena (Sneep), en el que describe las características de las personas que
estaban privadas de la libertad el año pasado en establecimientos carcelarios.
En el caso de Tucumán, se trata de la descripción de 1.046 presos distribuidos
en el complejo penitenciario de Villa Urquiza, la unidad de encausados de
Concepción y el Instituto de Rehabilitación Femenino “Santa Ester”, de Banda
del Río Salí.
El 60% de los detenidos no supera los 34
años, de acuerdo al Sneep. Hay 61 jóvenes de 18 a 20 años, 198 de 21 a 24 y 364
de 25 a 34. Los que superan esas edades han ingresado al sistema penitenciario
hace varios años. Solamente el 3% de los reos tiene más de 65 años.
Otra característica de los detenidos de
Tucumán es que casi ninguno terminó una carrera luego de egresar del
secundario. Hay ocho presos con título universitario y siete que completaron
una carrera terciaria. Por el contrario, 130 detenidos no tienen ningún tipo de
instrucción, 272 no terminaron el primario y de los 203 que empezaron la
escuela media, sólo llegaron a egresar 59 (el 6%).
Por otro lado, el 50,6 % de los presos
aseguró que vivía en concubinato al momento de la detención. Sólo el 9,8% de
los reclusos contrajo matrimonio, y el 40% restante es soltero.
De los reos, el 28% no tenía trabajo y el 55%
tenía un empleo de tiempo parcial. El 58 % no posee conocimientos en oficios ni
tiene una profesión, de acuerdo al informe del Sneep.
Finalmente, el 50% se encuentra privado de su libertad (ya sea con prisión
preventiva o condenado) por delitos contra la propiedad como el arrebato, el
robo y el robo agravado (generalmente por uso de arma de fuego).
Sin trabajo y excluidos.
“Es complejo realizar un análisis porque
entran a jugar varios factores. Pero se relaciona con una población de una edad
en la que se comienza a trabajar. Son jóvenes generalmente de barrios
marginales, con pocos estudios y por lo tanto poca capacidad laboral, y con una
oferta de trabajo genuino escaso”, definió Matías Lorenzo Pisarello, de la
organización de derechos humanos Andhes. “Claramente este grupo etario se
termina volcando a una solución de acceso fácil al dinero, que es robar”,
añadió.
Lorenzo Pisarello remarcó que es necesario un estudio más profundo para poder
sacar conclusiones claras, pero de un primer análisis surge que la falta de
trabajo genuino para cierto sector de la sociedad tiene una fuerte incidencia.
“(El delito) es un acceso mucho más fácil para
solucionar problemas económicos”, explicó.
“Básicamente, es exclusión. Son los hijos de la década del 90 que han quedado
excluidos del sistema, no solo en lo económico, sino también en lo social y en
lo cultural. Son chicos escupidos del sistema y de la escuela, y que durante
este modelo de los últimos años no encontraron lugares de contención social”,
consideró Guillermo Puig, profesor de Criminología de la Universidad
Nacional de Tucumán.
El abogado describió que hay una mezcla de necesidades que los jóvenes buscan
satisfacer de cualquier manera. “El tema, a veces, es necesidad de qué. No
siempre es una cuestión alimenticia, de que roba para comer, sino para
costearse algo que no pueden tener. Y no hay que dejar de lado el crecimiento
del factor droga en los últimos 10 o 15 años, que también golpeó en esta franja
etaria”, añadió Puig.
Medios y fines.
El director del Observatorio de Políticas
Públicas en Seguridad Ciudadana de la Facultad de Derecho de la UNT, Leandro Halperín, describió lo que llamó la matriz cultural del
delito en Argentina: “Nuestro país tiene un problema de fines. La sociedad dice
qué hay que alcanzar para tener éxito: un auto, un departamento, ropa nueva, play station. El que tiene lo
que el dinero puede comprar, es exitoso. Los que no tienen los medios se
conforman con el lugar que les tocó en la sociedad, o buscan por un camino
alternativo. Dentro de estos últimos hay dos variantes; los que lo hacen por el
lado lícito, siendo creativos o con sacrificios, y los que lo buscan con el
delito. Y en definitiva buscan lo que la sociedad les dice que hay conseguir
para tener éxito”.
“Lo que hay en la cárcel, en casi el 85%, son personas que cometieron delitos
con el objetivo de ganar plata. Esa es la matriz cultural del delito en
Argentina, es la diferencia entre medios y fines. Es más importante tener éxito
que tener prestigio”, concluyó Halperín.
La vida dentro del penal
En general
participan de actividades recreativas y tienen “buena conducta”.
Una amplia mayoría de las personas que
están privadas de la libertad en dependencias del servicio penitenciario,
participa de actividades recreativas (92%), recibe asistencia médica (96%) y es
visitado por sus familiares (94). De acuerdo al informe del Sneep, en general
los presos tienen buena conducta: el 85,7% no participó de ninguna alteración
del orden, y el 79,1% no cometió ninguna infracción disciplinaria. Quienes sí
lo hicieron sufrieron sanciones. Hubo 149 presos que durante el año pasado
tuvieron que permanecer en su celda 15 días ininterrumpidos, 25 que no pudieron
salir del calabozo durante siete fines de semana seguido y otros 37 que fueron
trasladados a otro sector con un régimen más severo. Sólo 25 reclusos fueron
calificados como de “pésima conducta” y 24 como de “mala conducta”. Cuatro
presos intentaron quitarse la vida durante 2014, y 42 resultaron lesionados
durante peleas con otros internos. Además, ninguna de las 31 mujeres que está
detenida en Banda del Río Salí tiene hijos a su cargo.
Régimen de condenados
Luego de un
tiempo, algunos sentenciados pueden pedir salidas transitorias.
De los presos que están en la cárcel y
que tienen condena, hay 228 que deben purgar entre tres y nueve años de
prisión, y 32 que fueron sentenciados a prisión perpetua. En este último caso,
sólo pueden solicitar beneficios como libertad condicional una vez que hayan
cumplido 35 años en la cárcel y sólo si tienen buena conducta. Durante 2014 hubo
212 presos a los que no les dieron salidas transitorias y 32 a los que les
revocaron o les suspendieron el beneficio. Hubo 30 personas que lograron
obtener un régimen de semidetención, y que salieron durante el día para estar
con su familia, regresando todas las noches para dormir en la cárcel. Al
contrario, hay una persona que cumplió prisión diurna, y por las noches pudo
pernoctar en su casa. Además, 104 presos consiguieron autorizaciones para
visitar a sus familiares en ocasiones especiales.
CON PRISIÓN PREVENTIVA
Casi el 60%
no tiene condena, y la mayoría no tiene trabajo ni recibe capacitación.
De los 1.046 presos que tenía el
servicio penitenciario provincial en diciembre de 2014, contaban con una
condena el 43,3 % (453). El resto se encontraba con prisión preventiva, a la
espera de un juicio oral. El 67% de todos los privados de su libertad en las
prisiones de Tucumán fue detenido en los últimos cinco años. Hay 24 personas
que están presas desde hace más de 15 años, que todavía no obtuvieron el beneficio
de libertad condicional. Además, hay 679 reos (74%) que no tuvieron acceso a un
trabajo remunerado y el 99% no recibió ningún tipo de capacitación laboral. La
cifra también es alta en relación a los que no participan de un programa
educativo (85,3%). De los que estudian, hay 52 presos que están tratando de
terminar el primario, 68 que cursan materias del secundario y tres que están
realizando una carrera universitaria.
Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/657840/policiales/mayoria-presos-tucuman-tiene-menos-35-anos-no-tiene-trabajo-ni-estudios.html