El camarista federal Eduardo Freiler se presentó este martes
ante la Comisión de Disciplina y Acusación e hizo su descargo, en el marco de
la acusación en su contra por mal desempeño, además de la investigación abierta
por enriquecimiento ilícito. El magistrado criticó que esa comisión incurrió
“en notables errores investigativos y normativos”. Y alertó: "Hay un
dispositivo de disciplinamiento para que ningún juez levante voces
altisonantes".
En una de las sesiones más esperadas del plenario del
Consejo de la Magistratura de la Nación, el camarista federal Eduardo Freiler
cumplió con la citación de la Comisión de Disciplina y Acusación por el
artículo 20 del Reglamento.
Tras las dudas acerca de su presencia, cerca de las 9 de la
mañana Freiler se hizo presente en el segundo piso del edificio de la calle
Libertad, donde ya lo estaba esperando en pleno de los consejeros. Tras ello,
acompañó su defensa por escrito y también hizo una exposición oral de cerca de
45 minutos donde intentó repeler las acusaciones en su contra.
Freiler declaró en el marco del expediente 253/2016, que
instruye el consejero Pablo Tonelli, donde se investiga supuestas
inconsistencias en sus declaraciones juradas y un presunto “mal desempeño” en
sus funciones, vinculado con varias inasistencias. Uno de los puntos nodales de
la acusación está centrado en los viajes que habría realizado Freiler en los
últimos nueve años, alegando "motivos falsos para obtener licencias con
goce de sueldos".
El magistrado, integrante de al Sala I de la Cámara Federal
porteña desde 2004, salió con los tapones de punta al señalar que el Consejo de
la Magistratura “ha incurrido en errores de investigación pero también
normativos, y en muchos casos la comisión ha incurrido en la comisión de
delitos de abuso de autoridad o de investigar algo que fue cosa juzgada”.
Los planteos de nulidad fueron una constante en su descargo,
que llevaba como encabezado el particular título “La independencia judicial en
tiempos del cólera”, parafraseando la célebre novela de Gabriel García Marquez.
Freiler justificó cada una de sus ausencias, asegurando que
no se ausentó “ni un solo día de aquellos a los que estaba reglamentariamente
obligado a ir”. Según la acusación, Freiler “alegó circunstancias y motivos
falsos para obtener licencias con goce de haberes, ausentándose del país y de
la Cámara Federal en violación al régimen legal y reglamentario aplicable y
obteniendo un indebido beneficio". Por el contrario, el camarista replicó
que no tenía necesidad de pedir licencia porque todavía se le adeudan “casi
seis meses de vacaciones”.
La tesis de Freiler es que la acusación es una suerte de
"disciplinamiento para que ningún juez levante voces altisonantes que no
le convengan al gobierno de turno", y que la denuncia por supuesto
enriquecimiento ilícito en su contra sigue la misma lógica.
En esa causa, que se investiga presuntas inconsistencias
patrimoniales, Freiler había sido sobreseído por el juez Martínez de Giorgi
pero luego la Cámara Federal ordenó reabrir la investigación. El camarista denunció
un “círculo vicioso” en estos casos, que se compone de la publicación de un
artículo periodístico, la denuncia posterior ante los Tribunales de Comodoro Py
efectuada por “un ciudadano común” y el anoticiamiento de la situación al
Consejo con el correspondiente sumario. Además, sospecha que el proceso en su
contra se vincula más con sus decisiones en causas como Hotesur o el rechazo de
la denuncia de encubrimiento del fiscal Nisman contra Cristina Kirchner, que
por los motivos por los que se lo citó.
Como no ahondó en la cuestión relativa a su patrimonio, el
consejero Angel Rozas lo increpó ya que era el tema “más importante de la
acusación”, Freiler contestó que no hizo referencias “porque es una cuestión de
números y está detallado en el escrito". "Se me acusa de tener lujos
asiáticos y una vida ostentosa. Me gustaría que definan de qué se trata"
replicó.
Fuente: Diario Judicial