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Cuidar el ambiente, clave para pacientes con asma

Cuidar el ambiente, clave para pacientes con asma

Es la consigna que se propone este año, junto a un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado. 

Unas 400 personas mueren al año en la Argentina por asma, una enfermedad de la que ayer se conmemoró su “Día Mundial”, y que encuentra en un diagnóstico precoz, un tratamiento adecuado y el cuidado del ambiente, las herramientas cruciales para controlar la enfermedad.

“El asma -explicó Claudio Parisi, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (Aaaeic)- es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias (bronquios) caracterizada por ataques recurrentes de tos, sensación de falta de aire y sibilancias (silbidos en el pecho), que varían en severidad y frecuencia. Esos síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas, se agravan durante la actividad física o por la noche”.

Así, durante una crisis o ataque de asma, los bronquios se inflaman y se estrechan las vías aéreas, lo que provoca una disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones.

“Esos fenómenos son desencadenados habitualmente por infecciones virales, alérgenos y contaminantes ambientales, como pasa por ejemplo con los granos de polen, que se dispersan con facilidad por el aire por su tamaño y forma y provocan una hipersensibilidad que ocasiona rinoconjuntivitis y asma bronquial polínica más frecuentemente entre los habitantes de centros urbanos, ya que la contaminación de las ciudades potencia los efectos alergénicos”, detalló el especialista.

Parisi destacó además que a menudo el asma no se diagnostica correctamente, no recibe el tratamiento adecuado ni se indican medidas preventivas, “lo que genera una importante carga para los pacientes y sus familiares, que ven limitadas sus actividades físicas e intelectuales, con el consecuente deterioro en su calidad de vida”.

Sin embargo, gracias a los adelantos terapéuticos actuales, la mortalidad por asma disminuyó en las últimas tres décadas; aunque, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2015 murieron 255.000 personas por esa causa, mientras que en la Argentina mueren unas 400 personas al año, con una prevalencia estimada en adultos del 6 por ciento en el país, mientras que en niños y adolescentes llega al 15 por ciento.

No obstante, según los especialistas, esa situación podría evitarse con tratamientos oportunos.

“Seis de cada 10 pacientes con asma severa son alérgicos -aseguró el titular de Aaaeic- por lo que el estudio de la sensibilización a alérgenos inhalatorios tanto del interior de los hogares como del exterior y el posterior tratamiento específico es una herramienta extremadamente útil para modificar el curso natural de la enfermedad”.

Es que, a pesar de que la terapia en base a corticoesteroides y broncodilatadores inhalatorios constituye la primera línea de tratamiento, en un gran porcentaje de pacientes, sobre todo en la infancia, la patología es de origen alérgico.

Asi, los desencadenantes del asma suelen ser ciertas infecciones provocadas por virus o bien la exposición a elementos como hongos o ácaros que, en personas predispuestas, provocan alergias.

Desde 2008 la campaña para concientizar sobre el asma se realizó bajo el lema “Puedes controlar tu Asma”, pero este año la Iniciativa Global para el Asma (GINA) y la AAAeIC propusieron una nueva consigna, que es “mejor aire, respira mejor”, que busca sensibilizar a la población sobre el cuidado del medio ambiente.

“La necesidad de cuidar el medio ambiente para mantener un aire más limpio, libre de contaminantes y polución, es fundamental no sólo para cuidar a quienes viven con asma, sino que también resulta urgente para que todos podamos respirar mejor”, concluyó Parisi.

Otoño

Las exacerbaciones de los síntomas suelen aumentar en esta época. En otoño, además del deshoje característico de los árboles, el porcentaje de humedad suele incrementarse, generando un escenario perfecto para los hongos aerógenos que suelen ser detonantes de cuadros asmáticos.



Fuente: AT