El secretario de Relaciones Institucionales, Bernardo García Hamilton, se reunión con 40 pastores de iglesias cristianas evangélicas de la provincia. Durante la reunión, celebraron el espíritu ecuménico del cónclave y conversaron sobre acciones comunitarias que se llevan adelante en distintas ciudades tucumanas con el fin de erradicar la violencia de género, las adicciones y la pobreza.
García Hamilton dijo que el gobernador, Juan Manzur, trasmite un mensaje de respeto por todos los credos y aboga por dar participación en el Gobierno a través de acciones conjuntas con las iglesias. “Tenemos el honor de que hayan acudido 40 pastores de toda la provincia. Reconocemos muchísimo el valor de su trabajo social. Queremos abrir las puertas estatales para coordinar las tareas comunitarias que realizan”, dijo.
El pastor, Pablo Manzewitsch, de la Asociación Cristiana Betesda Global, aseveró que las iglesias evangélicas en su conjunto quieren aportar su colaboración al Estado para trabajar en pro de la sociedad con el fin de terminar con distintos flagelos. “Pasó el tiempo de estar criticándonos y denostándonos desde la vereda del frente. Es importante acercarse y estar a disposición para mantener la fe en alto y asistiendo en las necesidades cotidianas donde hay miseria y pobreza”, declaró.
La pastora, Ana Valoy, manifestó su satisfacción por participar de la convocatoria que reunió al colectivo evangélico que representa una importante minoría de la sociedad civil. “Trabajamos para contener a las familias, niños y jóvenes en riesgo social; prevención de la violencia, abuso infantil y adicciones. Creemos que si nos unimos entre las iglesias y nos complementamos con el Estado, nuestra tarea será aún más importante”, declaró.
El pastor, Daniel Soraire, agradeció al Gobierno por impulsar un acercamiento con las iglesias. “Hay problemáticas que tienen tres elementos a considerar en nuestra sociedad. Todo liderazgo llegó tarde a los problemas reales de la sociedad: la drogadicción, los conflictos maritales y la pobreza. Cosas que afectan la dignidad, la identidad y la productividad de los seres humanos. El Gobierno trabajó mucho en la mejora de caminos, casas y barrios para terminar con la indigencia. Ahora es importante afirmar los valores espirituales para cambiar nuestra sociedad”, destacó.
Fuente: Abogados Tucumàn
