
El musical argentino Ni con perros, ni con chicos, escrito
por Fernando Albinarrate, subirá a escena en la Sala Orestes Caviglia (San
Martín 251), el 14 de Julio, a las 22:00 horas. Funciones: las presentaciones
se extenderán todos los viernes y sábados, hasta el 19 de agosto.
Se trata de una coproducción entre el Ente Cultural y Fundae
(Fundación para el Desarrollo de las Artes Escénicas), que será dirigida por
los productores locales Alicia en Frikiland, Sebastián Fernández (Dirección
general y puesta en escena) y Eugenia Rufino (Dirección coreográfica), además
del propio Albinarrate (Dirección musical).
Con un texto inteligente y una composición musical
excepcional que es interpretada por músicos en vivo, la obra se convierte en un
homenaje al teatro, al cine, a la actuación, y a todas aquellas cosas que dejan
marcas en nuestra memoria y que bien pueden ser contadas entre percheros y
escenografías.
El elenco está integrado por Andrés D´Andrea (Charles
Laughton); Andrea Barbá (Elsa Lanchester), Guillermo Arana (Andy Jenkings),
actores del Teatro Estable; y Ashley Matheus (Sandra); Joel Alonso Quírico
(Greg); Leandro Ávila (Von Stemberg – director de “Yo, Claudio”); Mariano
Ovejero (Director de cámaras de “Testigo de cargo”); Celeste Tríbulo (Maureen
O´Hara -“Esmeralda la Zíngara”); y Florencia Naranjo (maquilladora del
set/actriz en camarín). Con la participación en escena de los músicos Yusef
Saife (piano); José Javier Seco (saxofón); Lissel Pláate (chelo); y Juan Pablo
Vázquez (clarinete).
Sobre la obra
Esta obra, que fue merecedora del premio Argentores 2016, y
que el año pasado el Teatro Cervantes presentó en el Septiembre Musical, cuenta
la vida del célebre actor y director de cine y teatro, Charles Laughton, inglés
nacionalizado estadounidense en 1950, que brilló en la época dorada de
Hollywood; y de su mujer, Elsa Lanchester, actriz también británica cuyo nombre
cobró fama en 1935 por su papel en La novia de Frankenstein, y a partir de ahí
desarrolló una interesante carrera en el cine.
Según la anécdota, el astro norteamericano era homosexual.
Elsa lo aceptaba, así se amaron y ninguno podía vivir sin el otro. La intimidad
de la pareja va descubriéndose a la vez que entretelones de la historia del
cine y el teatro de la época aparecen, y los personajes van y vienen en el
tiempo y el espacio.
Fuente: Abogados Tucumàn