
El Ministerio de Salud Pública lleva a cabo campañas y
operativos de vacunación en barrios, plazas y centros de salud del interior y
capital; y brinda dosis en los vacunatorios.
“En la provincia tenemos eliminado el sarampión, pero por
supuesto que estamos atentos. Buscamos tener muy buenas coberturas al año de
vida y a los cinco años, los cuales son primera y segunda dosis que se aplican
en el calendario. La misma es obligatoria ya que protege contra: sarampión,
rubeola y parotiditis”, explicó el referente, Ricardo Cortez.
Además, las personas hasta los 53 años deben cumplir con
esquema de las dos dosis contra el sarampión y la rubiola.
Desde el Departamento de Inmunizaciones del PRIS tienen como
objetivo principal vacunar a la población y luego realizar una vigilancia. Es
decir, estar atentos a cualquier persona que presente fiebre o una erupción en
la piel, notificar y tomar muestras de laboratorio para confirmar o descartar
el caso.
El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa y puede
presentarse tanto en adulto como en niño. Respecto al caso de un brote que hubo
en Buenos Aires hace unos meses atrás, Cortez informó que el primero fue de un
niño de ocho meses que no se sabía cómo se contagió ya que no viajó a ningún
lado. “Se llegó a la conclusión que hubo un caso en un adulto que consultó en
un centro de salud, es decir que el contacto mínimo con una persona enferma,
hace que pueda transmitirse entre las personas que no tienen protección”, contó
el médico.
Ante la sospecha de un caso se deben realizar todas las
acciones: aislar al paciente, hacer un seguimiento de los contactos, vacunar en
bloqueo, ya que si se realiza la vacuna durante tres días después del contacto,
se puede evitar que se contagie la persona. Es por eso la importancia de la
vigilancia que se lleva a cabo permanentemente.
Fuente: Abogados Tucumán