Así lo declaró el chofer arrepentido, Oscar Centeno, cuando
estuvo frente a frente con el fiscal federal que impulsa el caso, Carlos
Stornelli
Además de confirmar que él escribió los cuadernos, el chofer
arrepentido Oscar Centeno contó en la Justicia detalles sobre cómo funcionaba
el circuito de coimas que empresarios de la obra pública pagabana a
exfuncionarios kirchneristas. Entre esos datos, el hombre que manejaba el auto
de quien fuera la mano derecha de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación,
Roberto Baratta, reveló que utilizaban un “código secreto” para referirse a la
plata recaudada.
Centeno declaró ante el fiscal federal Carlos Stornelli que
De Vido y Baratta solían hablar en código delante de él, informó TN.
Según dijo el arrepentido, con el tiempo entendió a qué se
referían y aseguró que usaban la palabra “kilowatt” para referirse a un millón
de dólares.
Centeno estuvo reunido toda la mañana del jueves con el
fiscal Stornelli, con el que negoció los términos de su nueva condición legal y
le ratificó que fue el autor de lo escrito en los ocho cuadernos. Según informó
La Nación, el arrepentido explicó que empezó con las anotaciones como una
práctica habitual de su trabajo de remisero, hasta que se dio cuenta de la
magnitud de lo que pasaba. Es por eso que habría decidido registrar todo para
dejar un testimonio.
El chofer se acogió a la figura del arrepentido y decidió
declarar como "imputado colaborador". Ese acuerdo deberá ser
homologado por el juez de la causa, Claudio Bonadio.
La ley prevé que para que un acusado sea considerado
arrepentido, debe aportar información relacionada con el hecho investigado,
tiene que apuntar a responsables de igual o mayor jerarquía o dar datos
vinculados con la recuperación del dinero del presunto delito. A cambio, se
puede modificar en su favor su estado de detención durante el proceso y la pena
puede bajar a la escala de la tentativa.
En ese sentido, el jueves por la tarde, el fiscal Stornelli
junto con efectivos de la Policía Federal y el propio Centeno fueron hasta la
casa del chofer, en Olivos, en busca de los originales de los cuadernos. Sin
embargo, no los encontraron y hasta el momento los investigadores no lograron
acceder a los manuscritos. Solo se tienen las fotocopias que le entregó el
diario La Nación. El periodista Diego Cabot sí accedió a los cuadernos
originales, pero los devolvió antes de darle copias a la Justicia.
Fuente: Abogados Tucumán