El fuero penal registró un nuevo caso de tuberculosis y
encendió las alarmas entre los empleados y funcionarios judiciales. La UEJN
solicitó a la Corte Suprema medidas de prevención para combatir y evitar los
contagios.
Un nuevo caso de tuberculosis en el fuero penal encendió las
alarmas. Se trata de una trabajadora del Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional N°23, ubicado en el quinto piso de los tribunales de Talcahuano
550.
El primer contagio se conoció meses atrás, cuando la Unión
de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN) denunció que, a causa del contacto
con un detenido que poseía la enfermedad, un agente del Juzgado Nacional en lo
Criminal y Correccional N° 30 fue infectado.
Ante esta situación, la Cámara del Crimen resolvió la
elaboración de un protocolo para el traslado de detenidos “con enfermedades
infecto-contagiosas". Además, el Sistema Interinstitucional de Control de
Cárceles, presidido por el juez de Casación Federal Gustavo Hornos, pidió al
Servicio Penitenciario Federal informes sobre “planes de prevención y
vacunación contra la tuberculosis y otras enfermedades”.
En tanto, el Consejo de la Magistratura, la Dirección de
Medicina Preventiva de la Corte Suprema de Justicia, la ART y la UEJN
decidieron impulsar un programa de concientización con folletería y
capacitación a los trabajadores. También se estipuló la creación de un mapa de
los sectores de la justicia expuestos a factores de riesgo que ameritan un
control periódico de salud a cargo de la ART.
Sin embargo, la noticia de un nuevo contagio alertó al
gremio comandado por Julio Piumato, quien envió una nota al presidente de la
Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, solicitando la clausura y desinfección
de la dependencia.
En la nota, Piumato requirió un "efectivo programa de
prevención" para combatir y evitar las diferentes enfermedades
infecto-contagiosas. En este sentido, advirtió que la única medida que se tomó
hasta ahora fue “circular un mail con algunas recomendaciones”.
Fuente: diario judicial