El comienzo de febrero marca el final de la feria judicial que tradicionalmente se celebra en enero. Un tiempo para el descanso para los empleados judiciales y de muchos abogados. Un paréntesis en la labor diaria que plantea algunos interrogantes: ¿Es necesario repensar la feria? ¿Forma parte de las condiciones laborales del mundo jurídico?
Este es el
debate que plantean los recesos del Poder Judicial, tanto en enero como en
julio. Un tiempo necesario que muchas veces se incorpora a la labor cotidiana
de los letrados de pasillo en lo que es reorganización de tareas y trabajo
interno dentro de los estudios.
Al
respecto, Abogados Tucumán consultó con el vicepresidente del Colegio de
Abogados de Tucumán, Carlos Casal, que explicó que la feria judicial significa
el descanso para los empleados judiciales y algunos abogados. Sin embargo,
señaló, que “cada vez se trabaja más en la feria judicial. Hay mucha gente que
prefiere priorizar el trabajo en el estudio para comenzar el año con mayor
previsión”.
Casal
afirmó que el Colegio siempre está atento a la problemática comunitaria que
vaya surgiendo durante la feria. “Hoy el caso puntual es la designación de un
nuevo vocal de la Corte Suprema de Justicia en el mes de feria”, lo dijo,
cuestionando la medida, en referencia a la designación del ex fiscal de Estado
de la Provincia, Daniel Leiva, para que se convierta en magistrado del superior
tribunal de justicia de Tucumán, medida que fue impulsada por el Poder
Ejecutivo a través del Legislativo.
También
observó que el Colegio celebró dos sesiones del Consejo con un programa de
actividades extenso que continuó durante el receso con labores de planificación
para el 2019. “Se modificaron algunos reglamentos, clínicas e institutos para
que sean más abiertos y puedan participar todos los abogados”, también dijo que
se estudia el desarrollo de capacitaciones y actividades formativas, como la
prestación de nuevos servicios en el predio del Colegio para que disfruten los
abogados y sus familias.
Un tiempo
para adelantar trabajo
El abogado,
José Manuel Salas Crespo, opinó que la
feria judicial prolongada tiene dos tintes: “Por un lado los problemas de la regulación
de honorarios y los trámites prolongados que provocan que el abogado de pasillo
afronte algunos problemas financieros durante el receso. No obstante, hay
estudios jurídicos que hacen cobranzas, por ejemplo, que aprovechan la feria
para ponerse al día con cosas atrasadas. Por un lado nos encantaría tormarnos
30 días de vacaciones pero no se puede. Las vacaciones de los abogados de
pasillo varían entre siete y 10 días como máximo”.
Salas
Crespo valoró la labor de los empleados judiciales: “Por lo general, en el mes
de diciembre, los empleados judiciales dan prioridad a los pagos de honorarios.
Esto está instaurado desde hace varios años. Se da prioridad en cuanto a las
órdenes de pago, lo que me parece de utilidad”.
“Esto
obedece a la realidad económica de los abogados de pasillo. El letrado aprovecha
la feria para actualizar toda la gestión atrasada que sirve de preparación al
inicio de la actividad. Por supuestos que hay asuntos de feria, que se pueden
llevar, pero no todas las causas pueden ser admitidas durante el receso”,
concluyó.
Fuente: Abogados Tucuman