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“Elijo hacer cosas diferentes porque me suma a la vida, soy una caja de pandora”

“Elijo hacer cosas diferentes porque me suma a la vida, soy una caja de pandora”

Alejandro Heredia tiene 31 años, se recibió en el 2013 de la Facultad de Derecho y Cs. Sociales de la U.N.T

Tiene su propio estudio jurídico, además es coordinador de un turno en consultorio jurídico gratuito del Colegio de Abogados. Se especializa en Derecho de Familia, aunque paradójicamente, cuenta que esa materia fue la que más le costó en su paso por la universidad, y no le gustaba en lo absoluto. Se enfocó en esta área porque son los casos que más le llegan y ya se maneja a la perfección en este ámbito, al haber tomado tanta experiencia.

Actualmente, través de casos, se está especializando en Derecho del consumidor y Derecho comercial en materia de sociedades: “Me gusta ver como se encara el derecho en todas sus ramas, me parece importante que los abogados nos involucremos en todas las áreas”

Alejandro, cuenta que empezó trabajando como profesor en el Centro Actividades Juveniles (C.A.J), programa emitido por el Ministerio de Educación. Allí participaba dando clases en un taller de derechos humanos denominado “Participación juvenil y Derechos Humanos”, trabajaba alguna temática del Derecho pero desde el área del deporte, la tecnología, del arte.

Luego fue presidente de una Asociación Civil: “Identidad Juvenil”, en villa Carmela. Ahí trabajaba por los Derechos de los jóvenes y tenían legitimación para iniciar juicios. También fue supervisor de programa de políticas públicas “Ellas Hacen”. Para Alejandro, estas fueron experiencias que lo ayudaron a conjugar la parte humana con la profesional: “Creo que el C.A.J y el ELLAS HACEN fueron muy importantes para mi profesión porque le dieron ese toque humano que necesita un abogado para llevar adelante un caso”

El abogado comenta que lo mejor que le quedó de esta experiencia fue el trabajo interdisciplinario: “Esto es fundamental, me aportó mucho a mi profesión, te nutrís de otras áreas, de profesionales de la comunicación, psicología, del arte, de trabajo social”

Poder compartir las perspectivas que tenían cada uno era fantástico, sostuvo Alejandro. Afirma que en esa etapa adquirió herramientas que le ayudaron a encarar la profesión como abogado litigante, aportando a sus casos un toque diferente, no tan sólo desde la óptica jurídica sino de la parte humana. Es muy importante estar en contacto con lo que se vive de verdad en la calle, agregó.

Su paso por la universidad fue desde una perspectiva muy teórica, cuenta, entonces necesitaba palpar la realidad desde otra mirada. “En la facultad me pasó de estar inmerso en la biblioteca, veía la realidad desde arriba, con los libros, pero no tenés contacto real con lo que pasa en la calle”, cuenta que estas experiencias antes mencionadas le sirvieron mucho para dar cuenta de ello: “me hacía falta toparme con el territorio. Muchos no pasan por el litigio, y me parece importante que todo abogado pase por ello,  porque los derechos se defienden en tribunales”

Para toparse con otra realidad distinta, Alejandro se animó a hacer un voluntariado en el 2016, en Brasil. Allí estuvo alrededor de tres meses trabajando para una O.N.G, en el programa GiraMundo. Se desempeñaba como profesor, enseñando idioma español e inglés a niños y adolescente. Comenta que allí también puso en práctica todo lo que aprendió en el CAJ, técnicas de comunicación, de la tecnología, del arte. Cuenta que tuvo la oportunidad de conocer a gente maravillosa: “tengo amigos en toda Latinoamérica gracias a esta experiencia. El hecho de salir de tu ámbito de confort, te hace más independiente y te abre la cabeza”

A partir de esto, comentó que volvió a Argentina decidido a poner su primer estudio jurídico, sentía que ya era el momento: “Hablé con una compañera de estudio de toda la universidad y le dije tenemos que empezar a litigar” y así fue que luego instaló su estudio en Villa Carmela, lugar en el que nació y actualmente vive. Al principio hacía publicidad en la radio y con panfletos para hacerse conocido y le fué muy bien porque mucha gente lo buscaba a partir de escuchar dichos anuncios.

Al principio de la profesión, cuando uno se decide a litigar, no está acostumbrado a estar en relación dependencia, con una bajada de línea porque esta profesión es liberal, por eso decidí abrir mi camino, sostuvo el doctor.

Lo que más le gusta de su profesión es hacer cosas diferentes: “me llegan casos muy lindos. Tengo muy buenos resultados tiene que ver con el amor que le pongo y porque lo disfruto”

Muchos clientes lo conocen de otros ámbitos ya que hizo cursos de teatro, locución e inglés. Tomó clases en los talleres de verano de la UNT. Actualmente no se dedica eso, pero cuenta que usa esas herramientas en su profesión de litigante.

Alejandro está en permanente actividad, hizo folclore desde los 11 años, tango; luego integró un grupo de baile de bachata llamado “INSTINTO PURO” y competía a nivel nacional en el 2015. Le gustaría volver a ello ya que debió dejarlo por dedicarle tiempo a su profesión.

Asiste a clases de “Acroyoga”, inglés, y gimnasia. Además cuenta que tiene ganas de hacer circo, especialmente aprender a ser trapecista. Le gustaría volver a bailar porque es su cable a tierra: “Elijo hacer cosas diferentes porque me suma a la vida, soy una caja de pandora”.



Fuente: Abogados Tucumán