Patricia Puertas (46), quien ejerce su profesión hace 20 años,
recibida de la Facultad de Derecho de la UNT, junto a Juan Carlos Soria (39), graduado de la misma universidad y quien se
desempeña como abogado hace 10 años, son los encargados de este
“microemprendimiento” que consiste viajar a distintos puntos del interior como
Garmendia, Delfín Gallo y Alberdi, para brindar servicios jurídicos.
La idea de sacar el estudio a la
calle, surge a partir de la sanción de la ley
27.670 sobre el Programa Nacional de Reparación Histórica para Jubilados y
Pensionados. Habían leído el proyecto de la ley y rápidamente tuvieron la idea
de empezar a trabajar en ello, comentaron los letrados.
A partir de allí comenzaron a
imprimir panfletos con publicidad y a repartirlos en distintos puntos del
interior.
En su paso por la Facultad, como
estudiantes jamás se imaginaron dedicarse al Derecho Previsional, pero mediante
el ejercicio de la profesión fueron descubriendo que ésta era el área en la que
se querían desempeñar.
Para poder atender a clientes con
este tipo de solicitud, debieron desarrollar una faceta distinta a la que
tienen con otros casos ya que al ser gente de la tercera edad, se les debe
tener más paciencia y ser más comprensivos con ellos.
El punto de partida fue
Garmendia: cargaron la computadora, la impresora y el módem y emprendieron
viaje hacia allí, con una seria de dificultades que se les presentaron en el
camino respecto a condiciones de las rutas o cortes de las mismas. Al llegar,
se encontraron con una cantidad elevada de gente, ya los esperaban porque en
las radios se publicitaba previamente dicho encuentro. Dieron una charla
informativa, presentándose y contando el por qué estaban ahí, los aceptaron de
inmediato.
Juan Carlos cuenta que empezaron
atendiendo consultas en una galería, pleno invierno, al ver que gran cantidad
de gente mayor esperaba sentada en el lugar, les ofrecieron café y galletas, lo
cual ese gesto fue gratamente recibido por ellos.
De igual manera, Patricia recalca
que la gente del interior los recibe muy bien, es muy generosa y hasta regalos les
hacen. La abogada recuerda una anécdota en la que uno de sus clientes, amablemente le ofrece
obsequios, hasta comidas: “¿Qué es lo que te gusta más cabrito o chancho?, me
preguntó” comenta entre risas. “Notamos
que confían en nosotros, y le queremos dar la mejor atención. Nos sorprende lo
cumplida y responsable que son”, dijo.
La gente es muy amable,
respetuosa y demasiado responsable, aunque tiene sus tiempos y sabemos
entenderlo, agregó la doctora.
Se generó una relación muy
estrecha entre los clientes y los abogados: los invitan a fiestas del Centro de
jubilados, y aportan materiales: “Queremos
retribuirles todo el cariño que ellos nos brindan”, sostuvo Juan Carlos
Luego recorrieron Delfín Gallo,
los Ralos y Alberdi. Los abogados planean sus salidas cada 15 días, los jueves
y viernes. Brindan sus consultas generalmente en Centros de Jubilados o en
espacios prestados.
En Alberdi ya abrieron su propio
estudio. Todo fue armado a pulmón, cargaron los tarros de pintura y comenzaron
a refaccionar el lugar con ayuda de sus respectivas parejas para darle forma al
espacio, contaron los abogados.
Los proyectos que tienen a futuro
es expandirse hacia otros lugares, agrandar también su equipo de trabajo, sumando
otros profesionales especializados en distintas áreas. Quieren dar charlas en
el interior para que la gente entienda de qué se trata cada trámite que debe
hacer.
También planean instalar juntos,
un estudio jurídico en la capital, ya que actualmente están en distintos
espacio, esto ayudaría mucho y va a dinamizar el trabajo del día a día,
sostuvieron.
Los doctores reflexionaron sobre
el ejercicio de la profesión actualmente: “Se está haciendo muy difícil vivir.
La gente está priorizando otras necesidades como farmacia o comida, lo último que
hacen es venir a buscar una solución a su divorcio”. Encontraron una salida en
el tema previsional, porque la gente sabe que va a obtener un ingreso que le
corresponde si todo sale bien, sostuvo Patricia.
Las satisfacciones que obtuvieron
con este proyecto que emprenden juntos, es el hecho de que la gente los recibió
cálidamente, “teníamos la incertidumbre de saber si nos aceptaban o no y sin
embargo la gente nos siguió de inmediato y fue gratificante”, recordó la
doctora.
La publicidad más importante fue el boca en boca, dijo Soria: “la forma en la que llegamos a la gente, de manera humilde y hacerle el trabajo en forma responsable, actuar de una forma espontánea sin mentirle, es la mejor satisfacción que podemos tener”, concluyó Juan Carlos.
Fuente: Abogados Tucumán