Si bien realizar ejercicio
siempre es bienvenido, existen actividades para las que se requiere un
entrenamiento previo y que sin conocimientos básicos y una buena guía pueden
volverse peligrosas para la salud. Qué hay que tener en cuenta antes de empezar
y quiénes no pueden hacerla, según expertos
Entrenar al límite, buscar la
fatiga, la saturación, mejorar la resistencia cardiovascular y muscular. El
reto en el crossfit es superarse día a día.
La disciplina que comenzó a
desarrollar Greg Glassman, un estudiante universitario y gimnasta, que buscaba
un nuevo enfoque en la forma de entrenar a partir de su experiencia en el
deporte de competición y su interés por el culturismo, dio sus primeros pasos
en 1974, al sur de California.
El joven estaba a la caza de una
disciplina que fuera funcional y que tuviera como objetivo conseguir el máximo
de trabajo en el mínimo tiempo a través de la intensidad en los ejercicios. Fue
en 1995 cuando abrió el primer box de entrenamiento de crossfit y se convirtió
en el epicentro de este terremoto cuyas "réplicas" llegan hasta hoy y
revolucionaron el mundo entero.
Si bien en un primer momento este
sistema de entrenamiento fue adoptado como técnica para entrenar a policías,
marines, bomberos y militares norteamericanos, en la actualidad existen boxes
oficiales repartidos en todo el mundo. Y al volverse masivo (¿y moda?) el
riesgo de universalizar una práctica que requiere de cuidados y conocimientos
previos se tradujo en dolores, lesiones, y en el peor de los casos, muerte.
"El crossfit como cualquier
actividad física no es riesgosa, sí es riesgosa su mala aplicación, ya que se
trata de una actividad técnicamente muy compleja, un tanto agresiva, que si no
se tiene ciertos conocimientos básicos y una buena guía, en este caso un buen
profesor, ahí sí puede volverse peligrosa". Francisco Ozores es profesor
nacional de educación física y especialista en fitness y consultado por Infobae
señaló que "el crossfit demanda técnicas como los arranques de
levantamiento olímpico, sentadillas o peso muerto por ejemplo, que son
destrezas de entrenamiento que requieren muchísimos años -no meses, ni clases-
para pulirlas de verdad. Y en una primera clase de crossfit puede verse gente
que está practicando estas variables".
Para él, "el gran problema
no radica en la actividad en sí, si no en quienes la aplican". Y analizó:
"El auge que tuvo en gran parte se debe a que es muy económico poner una
sala de crossfit y debido a que el ingreso que genera es alto (por el valor de
las cuotas) el margen de ganancia es mucho. Eso lo hizo una actividad muy
rentable para quienes querían poner un crossfit, pero al mismo tiempo muy pocos
invierten en las capacitaciones de los coachs".
Claves para iniciarse en la práctica
"Primero, es elemental estar
muy bien asesorado, no solamente dejarse llevar por lo que la movida crossfit
genera sino comprender que de verdad esto es un entrenamiento exigente, que se
puede hacer más tranquilo, pero no es el espíritu del crossfit", señaló
Ozores sobre cuáles son las recomendaciones para quienes quieran comenzar a
entrenar esta técnica.
Y tras asegurar que "por
supuesto que se requiere entrenamiento previo", el profesor de educación
física destacó que "algo que genera el crossfit es una gran atracción por
lo que ven de quienes lo practican y en general quienes se dedican a competir
son atletas o deportistas que vienen de otros deportes y los últimos años
empezaron a meterse en el mundo crossfit, pero este entrenamiento requiere de
un conocimiento de años".
– ¿A quiénes sí y a quiénes no
recomendarías esta práctica?
– En verdad está recomendado para
cualquier persona, con una buena aplicación, pero como en general las clases no
son particulares o personalizadas esto hace que no se pueda saber el nivel que
tienen los alumnos. Entonces, en ese sentido lo recomendable es que la práctica
la hagan deportistas o ex deportistas que estén en actividad, con una buena
condición física y que quieran mantener un buen estado aeróbico y anaeróbico
con ganancia de fuerza. Y sobre todo para deportistas que trabajen sobre las
prácticas intermitentes, sobre la deuda de oxígeno como pueden ser los deportes
de contacto, deportes acíclicos colectivos como el fútbol o el rugby, el
atletismo, pero fundamentalmente para esa rama de deportistas que tienen
actividades de un estilo más explosivas, más intensas y con intervalos de
intensidades.
En contrapartida, está
contraindicado para chicos en etapas de crecimiento, en los que donde todavía
las epífisis de los huesos no están solidificadas del todo y hay cartílagos que
pueden ser dañados con facilidad, como por ejemplo en las articulaciones de los
hombros, las caderas, las rodillas y esto puede derivar en otras lesiones a
futuro.
Tampoco pueden practicarlo las
personas con sobrepeso, ya que el sobrepeso mismo genera en las articulaciones
una carga a la cual si se le suma peso y técnicas muy exhaustivas por supuesto
es perjudicial.
La mirada médica
Para el médico cardiólogo Diego
Iglesias (MN 86.921), miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA),
"el crossfit no es un deporte o práctica de riesgo en tanto y en cuanto se
cumplan con ciertos requisitos".
Y enumeró:
1. Realizar un apto médico
deportivo por un profesional idóneo previo al inicio. Debe completarse un apto
físico acorde a un deportista de alto rendimiento, que por lo general requiere,
además de la consulta médica con un electrocardiograma, de una prueba de
ejercicio máxima, y en adolescentes y pre adolescentes un ecocardiograma.
2. Ir de menos a más, siguiendo
las recomendaciones de un profesional de la actividad física (profesor o
instructor) idóneos.
3. Mantener una periodicidad y
regularidad en el entrenamiento mínima de 2-3 estímulos semanales.
4. Mantener una nutrición e
hidratación adecuadas a la exigencia deportiva.
5. Practicarlo en un lugar idóneo
que sea cardioprotegido, cardio seguro o que tenga un plan de manejo de
emergencias médicas.
Fuente: Infobae