Se trata de un trastorno que se
genera en algunas personas al ser transportadas pasivamente en un medio de
locomoción terrestre, aéreo o marítimo. Por qué lo sufren más las mujeres. Cómo
es el tratamiento que ayuda a minimizar los síntomas
Viajar en auto, subte, tren,
avión o barco es una actividad frecuente, pero puede convertirse en un gran
problema si se padece de cinetosis y, más aún, si se desconoce de qué se trata.
La cinetosis es un trastorno que
se genera al ser transportados pasivamente en un medio de locomoción terrestre,
aéreo o marítimo, producto de una discordancia entre la información visual y
vestibular que recibe el cerebro.
Las plataformas de realidad
virtual y simuladores también pueden desencadenar esta discordancia sensorial
y, por ende, cinetosis.
"Normalmente, el
mantenimiento del equilibrio se produce merced a que la información que llega
al cerebro -principalmente desde el vestíbulo (oído interno) y los ojos- debe
ser idéntica. Así, éste procesa los datos y mantiene la estabilidad del cuerpo.
Un ejemplo es cuando se gira la cabeza hacia un lado: tanto los oídos, que
actúan como un giroscopio, como la vista, que informa sobre el movimiento del
campo visual, transmiten al cerebro la información al unísono permitiéndole
procesarla y elaborar una respuesta que mantenga la estabilidad". Según
explicó la médica otorrinolaringóloga Marina Rosende (MN 102.372) "cuando
se viaja en auto, el campo visual se mantiene estable al mirar hacia adelante,
pero el oído puede percibir las aceleraciones y desaceleraciones que se
realizan".
La jefa de otoneurología, el
servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano, detalló que lo que
ocurre es que "se produce una discrepancia de información que lleva al
cerebro a generar una respuesta diferente a la normal y comienzan a aparecer
los síntomas de la cinetosis: sensación de estómago revuelto, náuseas, vómito,
palidez, sudoración, bostezo, aumento de la salivación y dolor de cabeza. Más
raramente, pérdida de apetito y aumento de la sensibilidad a los olores".
Otra discrepancia al viajar en un
vehículo la pueden sentir los acompañantes: "Si el auto va a una velocidad
constante, el oído deja de percibir aceleración o desaceleración, pero, al
mirar por la ventanilla, el campo visual se mueve constantemente", sostuvo
la especialista.
Y tras asegurar que "en
muchas oportunidades, estos síntomas son intensos y pueden provocar que una
persona tenga que bajarse antes de tiempo del medio de transporte",
Rosende señaló que "la posibilidad de padecerlo se basa en dos grandes
aspectos: uno es la susceptibilidad que cada uno tiene y, segundo, el tipo de
transporte y la forma que éste se desplaza".
Por ejemplo, en un avión pequeño
que viaja a baja altitud y que debe atravesar un área de turbulencias, se
estima que el 25% de los pasajeros padecerá algún grado (síntoma) de cinetosis.
Por lo contrario, en la misma situación de turbulencia, pero en un avión de
gran porte la incidencia será mucho menor, cercana al 1%, dado que el
movimiento percibido disminuye considerablemente.
"En general, los bebés y los
niños menores de dos años no lo sufren porque aún no se terminó de desarrollar
el oído interno -explicó la especialista-. Sin embargo, a partir de esta edad y
hasta fines de la adolescencia suele presentarse con frecuencia, en especial
cuando los chicos viajan en el asiento de atrás en el auto, ya sea en
distancias cortas o en viajes de vacaciones familiares".
Es más frecuente en mujeres y, en
especial, en aquellos que padecen migraña o cefalea. También los antecedentes
familiares son un factor de riesgo de sufrirla, es decir, padres e hijos con
cinetosis.
Rosende apuntó que este trastorno
"suele tener un impacto importante en la vida laboral y social en aquellos
que lo padecen". En estos pacientes, las terapias para prevenir o reducir
su aparición cobran mucha importancia.
El diagnóstico es clínico y surge
de la entrevista médica. En general, no requiere la realización de estudios
complementarios.
Los tratamientos apuntan a
minimizar el conflicto sensorial:
– Mirar hacia adelante, hacia el
horizonte.
– Restringir los movimientos de
cabeza.
– Evitar viajar recostado.
– Evitar leer y mandar mensajes
de texto.
– Comer poco previo al viaje.
– En viajes largos, detenerse
cada dos o tres horas.
"También se puede ofrecer al
paciente un tratamiento de rehabilitación, que para que sea exitoso la
exposición a los estímulos debe ser frecuente y graduada. Inicialmente, la
exposición es suave y luego se incrementa gradualmente", destacó la
médica, quien finalizó: "En cuanto al empleo medicamentos y de
antinauseosos o antivertiginosos, deben administrarse entre 30 minutos a una
hora antes de iniciar el viaje y siempre consultar con el médico especialista
para ver otras opciones terapéuticas".
Fuente: Infobae