Organizado por el Ministerio de
Salud Pública, el Consultorio Público de Tartamudez, el Hospital Avellaneda y
la Asociación Argentina de Tartamudez, se realizará el 16 y 17 de mayo. Contará
con disertantes de distintas provincias y países.
Tucumán es la única provincia del
país que cuenta con un consultorio público que atiende este trastorno. “Es un
orgullo para nosotros que la Sociedad Argentina de Tartamudez nos haya elegido
como centro”, declaró su referente, la licenciada Lina Almazán. El objetivo
principal del encuentro es que profesionales, pacientes y papás puedan exponer
sus experiencias y conocimientos.
“La tartamudez no es una
enfermedad, no se contagia, no es una discapacidad ni un obstáculo para luchar
por lo que uno sueño, para integrarse al resto de la sociedad, es necesario
entender que la persona que tiene este trastorno del habla tiene los mismos
derechos que todos, solo necesitan la oportunidad de ser escuchados”, remarcó
Almazán.
La tartamudez es una dificultad
que afecta la fluidez normal del lenguaje, provocando “saltitos” involuntarios
al hablar. Comienza generalmente entre los 2 y 6 años de edad, de forma
gradual, aunque su aparición puede ser repentina. Este primer encuentro que se
realizará en nuestra provincia pretende mostrar la realidad vista de diferentes
perspectivas, en la oportunidad expondrán personas que tienen el trastorno y
han logrado superar las barreras sociales y convertirse en profesionales, jefes
o jefas de familias, empresarios; y por otro lado los chicos que están aún
lidiando con los prejuicios sociales, mostrándoles de esta manera que no hay
ningún obstáculo para cumplir sus sueños.
La provincia cuenta con un
espacio público para la atención de las personas con tartamudez que funciona en
el hospital Avellaneda de lunes a viernes, de 13 a 19.
Desde septiembre de 2016 a
diciembre de 2018, fueron 355 las personas que recibieron tratamiento,
participando de capacitaciones y talleres, para pacientes y familiares.
Realizando además un trabajo articulado entre el Ministerio de Salud Pública y
el Ministerio de Educación. “Esa coordinación ministerial nos ha sido de gran
ayuda porque una de las luchas más importantes que tenemos es que los chicos
puedan seguir estudiando, hay mucha deserción debido a las barreras que
encuentran en las escuelas, trabajando también con docentes que desconocen
sobre este trastorno y no tienen las herramientas necesarias para abordarlo”,
puntualizó Almazán.
Fuente: comunicaciontucuman.gob.ar