Recientemente la OMS incluyó al
conocido "síndrome del quemado" como una enfermedad laboral. ¿Qué
implicancias tiene para quien lo sufre? ¿Cómo se puede evitar o prevenir? Siete
consejos de especialistas para un manejo saludable del estrés
A pesar de lo que comúnmente se
cree, no se puede vivir sin estrés. El estrés es tan necesario para vivir como
respirar. Pero, entonces ¿por qué si es tan necesario hace mal y puede causar
enfermedades como infartos, ACV, y tanto más?.
Lo cierto es que el estrés es una
respuesta desarrollada hace decenas de miles de años para hacer frente a las
amenazas que acechaban al ser humano primitivo. Esta respuesta incluía un
repertorio de signos como aumento de pulsaciones y de la presión, disminución
del flujo de sangre a las vísceras, mayor flujo de sangre al cerebro y mayor
atención, entre otros.
"El tema es que en esa época
casi todas las situaciones peligrosas que generaban estrés implicaban un daño físico.
En cambio, hoy nos estresan situaciones físicas como la inseguridad, el
maltrato físico, el bullying; pero también otras no físicas como la
sobreexigencia laboral, las presiones en el trabajo, la inflación, el riesgo
país, el dólar, la soledad, la discriminación, el aislamiento, el no tener
trabajo, y tanto más". Para el médico cardiólogo Jorge Tartaglione (MN
67.502), "el punto es que la mente no está preparada para afrontar todas
las situaciones que hoy nos estresan".
El presidente de la Fundación
Cardiológica Argentina (FCA) señaló que "la persona que está muy estresada
pierde la capacidad de discernir entre el estresor real del no real, es decir
lo que puede realmente dañar y lo que no. Peor aún, pierde la capacidad de
darse cuenta de qué es lo que realmente le hace bien. Y muchas veces termina
buscando en placebos, como el consumo, el alcohol, las drogas o el
cigarrillo".
Es aquí donde se hace necesario
buscar recursos que permitan volver a encontrar un equilibrio interno, la paz.
Desde luego, no podrá cambiarse todo lo que hace mal; en algunos casos se hará
y en otros deberá aprenderse a transitarlos.
Sobre el síndrome del quemado
En principio, es importante tener
en cuenta que le puede ocurrir a cualquier persona. Por eso, es fundamental
estar atentos a sus signos de alerta. "Cuando nos sentimos agobiados,
cansados, que no podemos salir, que perdemos el control de lo que estamos
haciendo, y estas sensaciones permanecen en el tiempo, nos enferman",
explicó el médico cardiólogo Julio Giorgini (MN 100.308), miembro de la FCA.
"Si bien es cierto que el
burnout existió siempre y es algo que vemos cotidianamente, el hecho de que la
OMS lo reconozca como una enfermedad laboral permite que se impulsen
investigaciones sobre sus efectos y promuevan programas para asistir a quienes
lo sufren", sostuvo el especialista.
En 1976 Cristina Maslach lo
describió como "un síndrome tridimensional de agotamiento emocional,
despersonalización y baja realización personal, que puede ocurrir entre
individuos que trabajan con personas".
Pero ¿qué le pasa a una persona
que sufre burnout laboral? Para entenderlo, en una interacción cotidiana hay
tres sistemas que están en alerta: uno es el sistema nervioso, otro es el
inmune y el tercero es el hormonal (que descarga el cortisol, hormona del
estrés). "Si estás en un trabajo que no te gusta, vivís alguna situación
de estrés o sos muy autoexigente, el sistema nervioso reacciona teniendo una
frecuencia cardiaca muy alta, la presión arterial aumenta, el sistema inmune se
empieza a defender y el sistema hormonal empieza a liberar cortisol; todo esto
funciona como una olla a presión que en algún momento estalla y enferma. Ahí
aparecen los problemas cardiovasculares, cerebrales, infarto de miocardio,
etc", puntualizó Tartaglione.
Y agregó: "En una era
digital como la actual, la incapacidad de desconectarse de las cuestiones
laborales potencia el cuadro".
Por eso, como primera salida,
desde la Fundación Cardiológica Argentina recomendaron:
1- Aprender a decir que
"no" y no sobrecargar la agenda.
2- Disfrutar del ocio recreativo,
de no hacer nada.
3- Focalizar en una sola cosa
para hacer, aprender a priorizar y diferenciar lo urgente de lo importante.
4- Potenciar los lazos afectivos.
Las personas con una buena red de contención social se enferman y mueren menos.
Actividad física, alimentación y
descanso, las tres patas de la solución
En búsqueda del control del
estrés como factor de riesgo de enfermedades, los especialistas enumeraron tres
puntos clave para no perder de vista.
1- La actividad física regular es
un recurso excelente para disminuir el nivel de estrés; caminar, trotar,
correr, andar en bicicleta o bailar. También el yoga lo es; además de las
actividades que se puedan hacer en grupo, que permitan socializar, siempre y
cuando se tomen como algo recreativo.
"En esta misma línea, mucho
se ha hablado del Mindfulness como herramienta para lograr la tan ansiada paz y
tranquilidad interior. Esta práctica, que tiene como concepto estar atentos
aquí y ahora, sin juzgar, se logra a través de la práctica formal de
meditación: 45 minutos, 20, 10, lo que se pueda; con el tiempo se va logrando
estar más tranquilo -recomendó Giorgini-. Este método implica experimentar,
relacionarnos con cada cosa que hacemos; así se podrá reconocer que dentro de
cada día complicado, estresante, hay muchas situaciones que son agradables,
reconfortantes, llenas de amor".
En año 2017 la Asociación
Americana del Corazón (AHA) publicó un estatuto donde recomendaba a los
profesionales de la salud indicar la meditación para disminuir el riesgo de
enfermedades cardiovasculares junto a las prácticas clínicas previamente
publicadas con evidencia científica fuerte, a pacientes que deseen hacer un
cambio de estilo de vida y acepten este tipo de prácticas.
2- La alimentación también es una
parte muy importante para manejar el estrés. "Una alimentación saludable,
con muchas frutas y verduras, pocas harinas y grasas saturadas, abundante
hidratación, colabora a disminuir el nivel de estrés. Es fundamental hacer del
momento de comer un buen momento, y no hacerlo de manera apurada. La OMS
recomienda comer al menos cinco días a la semana frutas y verduras, y de cuatro
a cinco porciones de frutas y/o verduras por día", recalcó Tartaglione.
3- El sueño es una manera de
darse cuenta que la relación con el estrés no es buena. "No es normal no
poder conciliar el sueño de manera crónica. Es muy importante comenzar por una
higiene del sueño: cenar liviano, evitar utilizar dispositivos electrónicos,
TV, usar redes, tomar café, evitar realizar actividades que te ponen nervioso
antes de ir a dormir", aconsejó Giorgini, para quien "dormir menos de
seis horas está demostrado que aumenta el riesgo de eventos
cardiovasculares".
La consulta a tiempo con un
especialista debe ser siempre tenida en cuenta cuando se observa que de otras
maneras no se logra estar mejor y es necesario otro tipo de tratamiento.
"Todo esto no se trata más
que de disfrutar la vida, el trabajo que tenemos, encontrarle la vuelta, y
tener expectativas razonables. Indudablemente estamos en un momento muy
crítico, pero no hay que perder las esperanzas de que todo irá mejor. Esto es
clave. Estar focalizado en lo que hacemos y tener tiempo para uno. Hacer
pequeños grandes cambios para sentirnos mejor nos ayudará a cuidar nuestro
corazón, no lo hipotequemos para el futuro", culminó Tartaglione.
Fuente: https://www.infobae.com/salud/2019/06/24/burnout-que-consecuencias-sufre-el-corazon-de-quienes-padecen-estres-laboral/