Mientras que antes migraban más
profesionalesy trabajadores, ahora también escapan los más pobres
AICAO, Colombia.- Mayerly Sánchez
se pone en la larga y lenta fila de los que esperan un plato de comida en el
campo de refugiados de Maicao, Colombia, a menos de 20 kilómetros de la
frontera con Venezuela. Mayerly, sordomuda y madre soltera de 31 años, se
acaricia con una mano la panza y con la otra hace el gesto de llevarse comida a
la boca. "Quiere comer", explica Antonio, su hijo de 9 años.
Mayerly y Antonio, al igual que
otros miles de venezolanos en Maicao, encarnan una nueva etapa de la mayor
crisis de refugiados en la historia de América Latina. Años después de que se
iniciara el éxodo en masa de la colapsada Venezuela, una nueva oleada de los
más vulnerables del país -mujeres y niños sin nada, ancianos, enfermos y
discapacitados- está abandonando el país y sobrepasando la capacidad de abrigo
de Colombia, por lejos el principal país anfitrión que los recibe.
Las condiciones en las que vive
la gente son tal vez peores que nunca. Los venezolanos sufren una escasez de
medicamentos, alimentos, combustible y agua que se sigue profundizando, así
como apagones eléctricos cada vez más frecuentes, en un Estado socialista en
desintegración y con uno de los índices de homicidios más altos del mundo.
Los venezolanos saben que la
nueva ronda de sanciones que anunciara esta semana el presidente Donald Trump
no hará más que agravar su sufrimiento.
Pero mucho antes de que Estados
Unidos empezara a imponer sanciones, ya el hambre y la menguante esperanza de
cambio habían alentado un éxodo que hoy lleva cuatro años. Pero mientras que
los migrantes de años anteriores se caracterizaban por ser profesionales de
clase media y hombres en condiciones de trabajar, hoy los que llegan son los
venezolanos más pobres y vulnerables, para quienes migrar es mucho más difícil.
De noviembre de 2018 a junio de
2019, el período más reciente del que haya datos, las solicitudes de estatus
oficial de refugiado de mujeres y ancianos procedentes de Venezuela han
superado a las de los hombres. Los refugios y las entidades benéficas de
Colombia advierten sobre el exponencial aumento de mujeres embarazadas, chicos
y ancianos que ingresan al país por caminos peligrosos y vías ilegales.
"Colombia hace un pedido de
mayor solidaridad al mundo entero", dice el canciller colombiano, Carlos
Holmes Trujillo. "Hacemos todo lo que podemos. Pero la magnitud de esta
migración supera nuestras capacidades para manejarla".
Con más de 4 millones de
desplazados, la crisis de refugiados venezolanos se ha convertido en la segunda
más grande del mundo después de la de Siria, pero no han recibido ni una mínima
fracción de la ayuda internacional que recibieron los sirios. El gasto por cada
ciudadano sirio desplazado supera los 5000 dólares. Los venezolanos han
recibido un promedio de 300 dólares por persona. El año pasado, la ONU pidió
para Venezuela 738 millones de dólares y logró recaudar menos de la cuarta
parte de su objetivo.
Bloqueo
Los analistas dicen que las
naciones europeas, por temor a ver oleadas de sirios llegando a sus costas,
aportaron más generosamente para instalar campos de refugiados en Medio
Oriente. Para algunos de esos gobiernos, por el contrario, la remota crisis de
Venezuela tiene motivaciones políticas que los afecta poco y nada. "Los
sirios y los venezolanos han sido clasificados como pueblos que necesitan
protección, pero la situación se ha manejado de manera distinta en un país y en
otro", dice Yukiko Iriyama, subdirectora de la Agencia para los Refugiados
de Naciones Unidas en Colombia. "El tema es que Siria está a dos pasos de
Europa", dice Iriyama.
Los centros de acogida,
hospitales y escuelas de Colombia están sobrepasados, y miles de embarazadas,
chicos, ancianos y otros venezolanos de grupos vulnerables terminan durmiendo
en las calles.
En ningún lugar queda más a la
vista que en Maicao, una de las ciudades más pobres de Colombia y un foco de
contrabando por su locación fronteriza. Según las autoridades locales, la
inmigración venezolana ha hecho que el número de habitantes se dispare a
280.000, un 58% más que hace tres años. Y ya han surgido tres asentamientos
improvisados que exigen aún más el limitado suministro de agua y electricidad.
Los funcionarios locales aseguran
que hay narcotraficantes reclutando a venezolanos desesperados como vendedores
de cocaína.
Los médicos del Hospital San
José, en Maicao, dicen que entre enero y junio atendieron a más de 7100
venezolanos, entre ellos, más de 2000 embarazadas y casi 1000 chicos menores de
5 años.
Según los funcionarios de la
ciudad, eso ha hecho que se duplique el gasto del sistema de salud pública en
los últimos tres años. Este año, por ejemplo, ya hubo 40 casos de sarampión: en
2018 hubo solo uno. El hospital también tiene problemas para lidiar con el auge
de venezolanas violadas y abusadas físicamente, y de los que llegan con
enfermedades de transmisión sexual.
"Las que llegan son personas
vulnerables, y no tenemos manera de impedir que sean reclutadas por grupos
delictivos, narcotraficantes o proxenetas", dijo Aldemiro Santo Choles,
secretario de gobierno de Maicao, que tiene pocos refugios para los que llegan sin
un centavo, y de noche las veredas se cubren de venezolanos carenciados
durmiendo sobre cartones. Entre ellos está Katherine Muñoz, de 20 años,
embarazada y con una beba de 18 meses.
Su hija Josiani está desnuda,
porque según la madre, alguien se robó la ropa que estaba tendida a secar.
"Vivir en la calle es
difícil", dice Katherine. "Pero es mejor que Venezuela".
Otros no están tan seguros.
Mayerly y Antonio habían llegado al campo de refugiados de la ONU pocas horas
antes, después de esperar una vacante durante tres semanas, pero solo pueden
quedarse 30 días, el máximo permitido. Actualmente hay alrededor de 1,4
millones de migrantes venezolanos en Colombia, y el país cuenta con un solo
campo con apenas 350 camas, y hay miles de venezolanos que las necesitan.
¿Qué harán cuando su tiempo se
termine?
"Acá es muy difícil",
dice Sánchez mientras mira para abajo y mueve nerviosamente las manos.
"Tal vez nos volvamos a Venezuela".
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-crisis-de-venezuela-se-profundiza-y-los-mas-vulnerables-se-suman-al-exodo-nid2275676