Se presentaron los resultados del estudio sobre las
Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Argentina,
coordinado por el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la
Adolescencia y realizado en cooperación el Fondo de Población de las Naciones
Unidas.
Con la presencia del ministro de Salud de la Nación, Ginés
González García, autoridades sanitarias y representantes del Fondo de Población
de las Naciones Unidas (UNFPA) presentaron hoy los resultados del estudio Consecuencias
socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Argentina, Implementación de
la metodología para estimar el impacto socioeconómico del embarazo y la
maternidad adolescente en países de América Latina.
Este estudio fue elaborado durante el segundo semestre del
2019 en el marco de un proyecto de cooperación entre el Fondo de Población de
las Naciones Unidas (UNFPA) y el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No
Intencional en la Adolescencia (ENIA) de la República Argentina.
“Si bien uno por la propia experiencia conoce los números,
medir el impacto del embarazo adolescente sirve para cambiar ese impacto y
tener la posibilidad de trabajar en la prevención de estos embarazos para que
ocurran menos y, sobre todo, ocurran menos allí donde más nos preocupa que es
donde la desigualdad es mayor en la Argentina”, manifestó González García
durante el acto que convocó a equipos técnicos, funcionarios y especialistas
que trabajan esta problemática.
Valeria Isla, directora nacional de Salud Sexual y
Reproductiva presentó algunos datos para tener en cuenta la magnitud del
problema: “En nuestro país, 7 de cada 10 embarazos entre las adolescentes de 15
a 19 años no son intencionales, es decir el 70,3%, y 8 de cada 10 embarazos en
niñas menores de 15 años no lo son (84,4%)”. Como una de las respuestas de
gestión, “desde el Plan ENIA se aborda esta problemática de manera integral e
intersectorial mediante el desarrollo de dispositivos específicos con la
Educación Sexual Integral (ESI) del Ministerio de Educación; con el Sistema de
Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes de la SENNAF del Ministerio
de Desarrollo Social y con la Dirección de Adolescentes y Juventudes del
Ministerio de Salud”, explicó la funcionaria.
Junto a las autoridades estuvo la oficial de enlace para el
Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) de Argentina, Mariana Isasi.
Los datos fueron presentados por el asesor el asesor Regional para América
Latina y el Caribe de UNFPA y a cargo del estudio Milena 1.0, Federico Tobar; y
los integrantes del equipo de estudio Julia Frenkel y Javier Curcio.
Resultados relevantes y metodología
Para el estudio se implementó la metodología de análisis de
las consecuencias socioeconómicas del embarazo adolescente Milena 1.0
desarrollada por la Oficina Regional del Fondo de Población de las Naciones
Unidas para América Latina y el Caribe. Para llevarla a cabo el equipo de
consultores nacionales trabajó con datos de la Encuesta Permanente de Hogares 2017
y 2018 del Instituto (INDEC) y del Sistema Nacional de Estadísticas de Salud y
de información relevada a través de fuentes primarias.
La metodología Milena se basa en comparar las trayectorias
de las mujeres que fueron “madres tempranas”, a los 19 años o menos, con
quienes fueron luego de los 20 años hasta los 29 en base a cinco categorías:
nivel educativo alcanzado; participación laboral y empleo; ingresos
individuales; atención médica de la gestación, el parto, el puerperio y los
recién nacidos; ingresos fiscales percibidos por el Estado a través de
impuestos.
Así, el estudio halló que el 38% de las mujeres que fueron
madres en la adolescencia completó la educación secundaria, mientras que el 55%
de quienes fueron madres en edad adulta completó ese nivel. En cuanto a la
educación terciaria, el 3% de las mujeres que fueron madres en la adolescencia
alcanzó ese nivel en comparación con el 10 % del otro grupo. La situación se
repite a nivel universitario con 1 % en el primer grupo y el 5% en las que fueron
madres en edad adulta.
En cuanto al impacto en el campo del trabajo, las madres
tempranas (10 a 19 años) son afectadas por la inactividad laboral en un 25% más
que quienes lo fueron en la primera década de edad adulta (20 a 29 años).
Además cuando quieren ingresar al mercado laboral las madres registran niveles
de desempleo un 21,4% mayor que el grupo de las adultas. Finalmente estas
últimas obtienen ingresos laborales un 29% superior a quienes lo fueron en la
adolescencia.
Según la investigación, hay 874.715 madres tempranas y si se
considera la brecha en los niveles de actividad, empleo y remuneración que se
registra entre madres tempranas y madres adultas, la pérdida social fue de
21.512 millones de pesos.
Asimismo, se estima que en el año 2018, el Estado Argentino
destinó $7.596.767.714 de pesos a la atención del embarazo, parto, puerperio y
del recién nacido de madres adolescentes a través de los servicios brindados
por el Sistema Público de Salud; es decir, en promedio 90.667 pesos por cada
madre adolescente atendida por dicho sistema.
Fuente: https://www.argentina.gob.ar/