Se vienen cambios en la Justicia.
Por lo menos es un tema que ocupó gran parte del discurso del presidente en la
apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. ¿Qué nos depara el futuro del
Poder Judicial?
“El aleteo de las alas de una
mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo” … Esto resume
gráficamente en qué consiste el efecto: cambios impredecibles por razones
aparentemente lejanas.
Si pequeñas acciones pueden
generar grandes cambios, ¿qué pasaría si las acciones no son tan pequeñas? ¿Y
son tan impredecibles o podemos imaginarnos algo?
Esta nota hará un breve recorrido
sobre las modificaciones que se están proponiendo en la Justicia, con la
salvedad de que estaremos hablando sobre un futuro proyecto que aún no fue
presentado. No sólo falta la letra chica, sino que falta directamente la letra.
Por ahora estamos en la etapa oral del asunto: la de las promesas y las
elocuencias. Solamente tenemos un discurso del presidente Alberto Fernández
ante la Asamblea Legislativa al abrir el período de sesiones ordinarias.
Y ya sabemos que a las palabras
se las lleva el viento y en la arena política, el viento puede transformarse en
un ciclón. Está lleno de videos de Youtube que lo demuestran: nada de lo que
algunos dicen puede considerarse tallado en piedra.
Diluir el fuero Federal
Como si fuera un sobrecito de
jugo Tang al que basta agregarle más agua para multiplicarle los litros, el
Gobierno apuesta a bajarle la concentración al fuero.
¿Si la idea es que se trata de 12
sospechados malos jueces, si los confundimos en una solución de 50 colegas,
pierden toxicidad porque están rebajados?
Esto está por verse. Porque no
estamos hablando de sustancias químicas sino de acción humana y no vaya a ser
cosa de que que el problema no sean los jueces sino, nosotros, los argentinos.
Pero antes de despotricar contra
los jueces federales, habría que considerar, como mínimo, que se trata de
funcionarios elegidos por el mismo poder político que hoy los quiere diluir.
Ningún juez salió de un repollo ni de un bolillero para elegir el Gordo de
Navidad. Fueron elegidos, mediante distintos sistemas, a veces más directos y
otras más indirectos, por los mismos políticos que encima fueron los que
votamos todos.
Ahora los legisladores, que
fueron los mismos que les dieron acuerdo a estos magistrados, van a votar una
ley para decirnos que los acuerdos que dieron fueron tan malos que hay que
corregir la supuesta macana que se mandaron.
Supongamos que estamos de
acuerdo, que hay que restarles poder, fenómeno. Entonces los juntamos con otra
gente, también elegida por esos mismos políticos. Brillante.
¿Rodriguez Larreta y Fernández
jugarán al pan y queso e irán eligiendo un juez cada uno?
Opinemos lo que opinemos sobre
nuestros actuales jueces federales, la modificación propuesta no será ni fácil
ni barata.
En principio va a haber que
mandar a estudiar sobre temas nuevos no sólo a 50 jueces sino a secretarios,
prosecretarios y todos los cientos de empleados judiciales que ahora van a
tener que entender, como si supieran, temas que quizá no ven desde que estaban
en la facultad. ¿Los ciudadanos tendremos que bancarnos semejante curva de
aprendizaje?
Imaginemos un hospital. Ahora
juntamos los servicios de cardiología y neurología, porque total, todos son
médicos y concursaron para estar en ese nosocomio. Obviamente podrán atender
pacientes, mejor que un abogado o un kioskero, pero esa jugada, seguro no
garantiza que vayan a mejorar los tratamientos. Al principio es casi seguro que
pase lo contrario.
También tendremos que pensar en
los edificios. ¿O vamos a mandar a los abogados como locos de un lado a otro
teniendo audiencias del mismo engordado fuero en varios lugares distintos? Hoy
en día ya se ven ejércitos de ordenanzas
del fuero civil llevando y trayendo voluminosos expedientes judiciales
de Retiro a Tribunales y viceversa. Un verdadero dispendio de horas hombre y
nafta.
Si la idea es que parte del fuero
penal ordinario se convierta en este nuevo super fuero federal tutti frutti, y
la otra parte pase a la órbita de la Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, ¿cómo se va a hacer la repartija?
Este cambio sin duda empeorará la
situación. Salvo que se tomen la digitalización de la Justicia en serio, y no
que se haga, como hasta ahora a los tirones y sin un plan integral y que se
cree de una vez por todas, la proyectada Ciudad Judicial. Claro que va a ser
bastante difícil ya que, como todos sabemos, la plata no sobra.
Si la idea es que parte del fuero
penal ordinario se convierta en este nuevo super fuero federal tutti frutti, y
la otra parte pase a la órbita de la Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, ¿cómo se va a hacer la repartija? ¿Se va el que sacó la pajita más corta
y se queda el que la tiene más larga? ¿sorteamos con los 3 últimos números del
DNI por Lotería Nacional? ¿Rodriguez Larreta y Fernández jugarán al pan y queso
e irán eligiendo un juez cada uno?
¿Los jueces que pasen a la Ciudad
se van a entregar mansitos? Durante los últimos años hubo grandes críticas al
traspaso de la Justicia. ¿El Gobierno Nacional le va a pasar a la Ciudad a los
jueces con o sin presupuesto? ¿La
Legislatura de la Ciudad Autónoma tendrá algo que decir al respecto o le van a
dejar a los jueces en un paquetito como bebés abandonados en la puerta de una
iglesia?
¿Y Puimatto? ¿Va a quedarse mosca
perdiendo toneladas de afiliados a su gremio? ¿Y la Obra Social que va a perder
el 80 % de sus afiliados y también sus aportes?
Son un montón de preguntas sin
respuesta que deberán intentar contestar los legisladores cuando, dentro de
algunas semanas, tengan en sus despachos el nuevo proyecto para considerar.
Como se dice en los escritos
judiciales, Será Justicia y como dicen los políticos en sus juramentos, “si no
que Dios y la Patria os lo demanden”
Fuente: https://www.iprofesional.com/