En una sentencia dictada en lenguaje claro, el Juzgado de Control de Garantías de Primera Nominación de San Fernando del Valle de Catamarca declaró penalmente responsable al joven de 17 años BVJA por tres hechos: robo en calidad de autor, hurto calificado por escalamiento en grado de tentativa en calidad de autor, y robo doblemente calificado por el resultado de la lesión y por haber sido cometido con arma en calidad de autor.
El imputado ya había sido denunciado a los 11
años por reiteradas oportunidades por la policía y trasladado a comisarías e
instituciones estatales para “resguardar” a niños y niñas bajo el eufemismo de
una supuesta niñez en riesgo.
El fallo fue firmado por el Juez de
Responsabilidad Penal Juvenil de Catamarca, Rodrigo Morabito, quien incluyó
varios fragmentos de fácil lectura dirigidos al joven: “VJA, nos conocemos
desde hace mucho tiempo, eso ya lo sabés porque nos vimos en reiteradas
oportunidades desde que tenías 11 años, con la diferencia que en aquel entonces
y hasta que cumpliste los 16 años en diciembre del año pasado, la misma ley
penal no permitía que fueras responsabilizado pero luego de esa edad quiero
contarte que sí podés serlo y lamento mucho que así haya sido”.
Sobre el final, Morabito le comunicó al
imputado: “tendré nuevamente en cuenta tu petición de recuperarte de tu
adicción a las drogas y te enviaré a un lugar a donde se ocuparán de vos y de
tu salud y también haré que el Estado se ocupe de ayudar económicamente a tu
familia para que pueda visitarte bastante seguido y no te sientas solo, porque
también es tu derecho (…) "
El juez de Responsabilidad Penal Juvenil
recalcó: “sé muy bien de tu problema de adicción grave a las drogas y que
estuviste en reiteradas ocasiones internado en el hospital por lo que tomaste”,
y que “conozco muy bien a tu familia y por todo lo que pasaste y pasás con
ella, tus enojos, tu rebeldía, tus tristezas, tus miedos y tus necesidades. Sé
que te drogabas para soñar con los juguetes que no podías tener”.
En tal sentido el magistrado afirmó que: “es
muy difícil para nosotros desde el juzgado no conmoverse con tu historia de
vida, como la de muchos otros chicos igual que vos”, pero que es su obligación
“darle una respuesta a las personas a quienes lastimaste porque terminaron muy
asustadas y lastimadas. Por supuesto que ahora es otra etapa en la que
tendremos que ser más estrictos contigo, pues a pesar de ello, aun creemos que
no está todo perdido, que el Estado puede ayudarte a salir de esta difícil y
triste situación por la que pasás desde hace muchos años, pero debés
comprometerte vos mismo y dejarte ayudar”.
Sobre el final, Morabito le comunicó al
imputado: “tendré nuevamente en cuenta tu petición de recuperarte de tu
adicción a las drogas y te enviaré a un lugar a donde se ocuparán de vos y de
tu salud y también haré que el Estado se ocupe de ayudar económicamente a tu
familia para que pueda visitarte bastante seguido y no te sientas solo, porque
también es tu derecho (…) Pero también quiero que sepas que vas a tener
obligaciones y que la principal obligación será asumir la responsabilidad que
aquí te voy a declarar y sus consecuencias”.
Concluida la comunicación con el imputado, el
magistrado evaluó que los jóvenes que hoy ingresan al sistema penal juvenil se
encuentran en situaciones desesperantes, con serios problemas de salud debido
al consumo desmedido de sustancias estupefacientes, carentes de afecto y
contención, violentados por un sistema que los discrimina e excluye a diario y
naturalizados en la peor de todas las violencias existentes: la pobreza.
“Es mi deber expresar que las personas jóvenes
pobres que, insisto, además ingresan al sistema penal, no son “delincuentes
pobres” porque quieren, sino por un Estado que los excluye y que no reparte
oportunidades equitativamente. Tales jóvenes en situación de pobreza necesitan
de un Estado presente que les acerque educación, salud y, quizás, un trabajo
digno que les permita superarse y no solo sobrevivir día a día en las calles
hasta que las circunstancias de la vida los lleve a equivocarse a través del
delito, pues la cárcel para esos jóvenes pobres con todas las necesidades antes
expuestas y que, a su vez, cometen transgresiones a la ley penal lastimando a
otros ciudadanos, no puede ser la única opción por parte de un Estado si lo que
realmente quiere es disminuir el delito” concluyó el magistrado.
Fuente: https://www.diariojudicial.com/