La tecnología, al servicio sanitario. Desde que los casos de infectados por coronavirus Covid-19 se han disparado no han dejado de crecer iniciativas ciudadanas para volcarse en la lucha contra la pandemia que amenaza con una profunda recesión económica. Distintas innovaciones han sido utilizadas a nivel profesional por servicios sanitarios de distintos países. La infección no da tregua y herramientas como robots asistenciales, drones o aplicaciones de seguimiento están permitiendo combatir en esta guerra contra un enemigo invisible.
Robots asistenciales
La robotización es uno de los grandes desafíos
de la Humanidad. Robots y máquinas que permiten agilizar procesos industriales
y que están empezando a entrar en los hogares como robots asistenciales. El
confinamiento al que se han visto obligados los ciudadanos de numerosos países
para combatir la epidemia ha provocado que los servicios de transporte y
repartidores a domicilio no den abasto de toda la demanda.
Además, el potencial riesgo de enfrentarse a
la calle en medio de las infecciones ha llevado a algunas empresas a eliminar
los repartos a domicilio. Pero los supermercados y los suministros alimenticios
no pueden parar. De ahí que hayan empezado a pensar en la tecnología como una
solución, aunque todavía no se ha implantado. Así, hay ejemplos como Roxo
-robot repartidor de FedEx- o Scout -de Amazon- que pueden servir para
conseguir esta política de contacto cero entre humanos.
Un ejemplo que sí se ha estado utilizando
recientemente en China ha sido un robot de la empresa Keenon Robotics. Una
máquina de comportamiento semiautomático -está controlado por un operario- que
permite transportar medicinas y alimentos a las personas en las zonas de
aislamiento.
Drones
Otro ejemplo de tecnología aplicada se encuentra
en el uso que en algunas regiones le están dando a los vehículos aéreos no
tripulados o drones. Con estos aparatos se ha llegado en China, por ejemplo, a
pulverizar y desinfectar calles. Para ello, se han servido de modelos de DJI,
el mayor productor del sector, que han incorporado sistemas de aspersión para
lograr este cometido. Esto está sirviendo para no poner en peligro a personal
de limpieza y optimizar sus recursos.
De igual manera, en algunos casos se ha
llegado a utilizar para labores de vigilancia policial, advirtiendo a la
población de la necesidad de que se dirijan a sus casas para continuar con la
cuarentena. La firma Shenzhen MicroMultiCopter (MMC) pensó en algo más:
desplegar drones para transportar ayuda médica en remoto. En España, por
ejemplo, se ha utilizado en ciudades como Madrid para monitorizar a la
población.
Impresión en 3D
Otro de los grandes desafíos de la pandemia es
proteger a los servicios sanitarios, el muro de contención contra las
infecciones. La falta de material y de accesorios de protección ha llevado a
poner en marcha iniciativas para producir desde los necesarios respiradores a
las viseras por medio de la impresión en 3D. Una de las más llamativas ha sido
la Coronavirus Makers, un grupo formado por ingenieros y profesionales
sanitarios de varias zonas geográficas españolas (Asturias, Canarias…) que
están produciendo a marchas forzadas equipos caseros. De igual manera, otros
proyectos como Veda (Ventilador Estado De Alarma) han compartido sus servicios
para crear ventiladores artesanales.
Aplicaciones de seguimiento
Uno de los grandes logros de Corea del Sur en
la lucha contra la pandemia está siendo, además del acceso directo a test
masivos, su capacidad de hacer seguimiento de los ciudadanos infectados y de su
entorno. Para ello, han venido creando servicios digitales y aprovechando los
datos de movimiento procedentes de los teléfonos móviles para lograr romper la
cadena de transmisión del coronavirus.
De esta manera, según diversos estudios
consultados, la sociedad coreana ha conseguido aislar todo lo que está siendo
posible a los infectados, reduciendo así la propagación del virus. Las
restricciones en materia de protección de datos en Europa dificultan la
implantación de una herramienta parecida. Una «app» llamada Corona100m dispone
de una tecnología llamada «geofencing» que ejerce de «valla virtual» para que
los usuarios, mediante la recepción de una alerta móvil, pueda saber si está
entrando en una zona con casos masivos de contagios, permitiéndole así extremar
las precauciones.
En China, donde surgió la epidemia, han
aprovechado la alta penetración de teléfonos móviles en su población (1.300
millones de personas) para generar un software en donde se introducen unos
pocos datos personales y si tienen síntomas. Así, Alipay Health Code,
gestionado por el gobierno chino, genera un código QR con el nivel de riesgo
(rojo, amarillo, verde). Una información que le puede servir a las autoridades
sanitarias para hacer una monitorización de los posibles infectados y saber de
antemano si se está cumpliendo o no la cuarentena.
Pero una de las más avanzadas en la actualidad
es TraceTogether. Un proyecto en Singapur que ha permitido reducir a niveles
increíbles el número de contagios. A diferencia de otras herramientas de seguimiento,
esta emplea la tecnología inalambrica Bluetooh para ayudar al gobierno del país
a localizar y notificar a las personas que han estado en contacto cercano con
alguien infectado con el coronavirus. Permite, entonces, detectar a otros
usuarios que se encuentran a dos o cinco metros y registra sus códigos de
indentificación aleatorios y cifrado. Si un usuario de la aplicación da
positivo por el coronavirus, el Ministerio de Salud envía un registro de la
aplicación al gobierno.
En Madrid, un interesante proyecto a
iniciativa de la Comunidad de Madrid ha llevado a un grupo de profesionales del
sector de la tecnología y el emprendimiento a crear una aplicación llamada
Coronamadrid, diseñada para descongestionar los servicios sanitarios. A través
de un formulario y una serie de datos, los usuarios pueden analizar su estado
de salud a través de un sencillo test evitando así el colapso de las líneas
telefónicas abiertas para la atención ciudadana.
Mediante unas sencillas preguntas, es posible
saber cuáles de los síntomas del coronavirus está sufriendo el paciente y desde
cuándo. De esta manera, se puede realizar una primera evaluación ayudando en el
confinamiento, una de las barreras en la lucha contra la epidemia. También
permiten conocer unas zonas calientes. El servicio, si el usuario le da
permiso, es posible gelocalizarle para descubrir los lugares en donde se
concentran mayor número de personas infectadas o con posibles síntomas. El País
Vasco también trabaja en una herramienta similar. De igual manera, en ciudades
de México o Cuba han creado una fórmula similar.
Big Data y uso de datos móviles
El análisis de datos masivos en tiempo real se
ha convertido en un caballo de batalla para los países afectados. Existen
numerosos servicios digitales y mapas inteligentes que se están desarrollando
tanto a nivel local como globalmente están sirviendo para hacer un seguimiento
de las infecciones. Información de gran utilidad que, sumados a los gráficos de
estudios matemáticos y otros profesionales compartidos en internet, sirve para
conocer el avance de la pandemia.
Uno de los más mapas más importantes es el
proyecto de la Universidad Johns Hopkins lanza un mapa para monitorizar los
casos de coronavirus en tiempo real mediante la tecnología de la empresa Esri.
La herramienta ofrece una representación visual de todos los casos globales de
Wuhan Coronavirus (2019-nCoV) confirmados en el mundo, con datos de la OMS y el
Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., entre otras
fuentes. El usuario puede explorar dónde y cuándo se han producido los brotes,
así como cuántos pacientes se han recuperado y cuántos han fallecido.
En España, la Generalitat valenciana ha puesto
en marcha un proyecto piloto en España para recabar información agregada de
datos anonimizados de los ciudadanos a través de los teléfonos móviles.
Mediante un acuerdo firmado entre el Instituto Nacional de Estadística (INE) y
las tres principales operadoras del país (Telefónica, Vodafone y Orange) se
podrá evaluar el impacto de las medidas de confinamiento en la expansión del
coronavirus.
Una de las promotoras de esta iniciativa es la
ingeniera alicantina Nuria Oliver, doctora por el Media Lab del Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT) y especialista en inteligencia artificial y
Big Data aplicado a iniciativas de bien social. En declaraciones a EFE, ha
explicado que «hay un movimiento a nivel mundial orientado a la exploración de
este tipo de información captada por la red de telefonía móvil para ayudarnos a
entender cómo de efectivas están siendo las medidas de contención, hacer
modelos epidemiológicos más precisos que incorporen información de movilidad
real y la detección de posibles focos de infección».
Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial es otro de los
grandes aliados en esta lucha contra un enemigo invisible. Se está utilizando,
por ejemplo, para encontrar una pronta vacuna contra el coronavirus. Pero para
muchas más cosas. En plena alarma sanitaria por el coronavirus, un software
llamado Bluedot con modelos de aprendizaje automático sirvió para que un
epidemiólogo chino diera la primera voz de alarma de la epidemia en la región
de Wuhan, foco donde se originó el brote. Alertó el 31 diciembre de los
primeros casos advirtiendo de que una curva ascendente de futuros contagios.
Quibim es una empresa biotecnológica
valenciana especializada en la extracción de información cuantitativa de las
imágenes médicas radiológicas. Un éxito reciente ha sido crear una red neuronal
capaz de analizar una tomografía axial computerizada (TAC) en solo 20 segundos
para estimar las posibilidades de un infectado por Covid-19.
De la misma manera, un programa de software de
Alibaba Cloud basado en algoritmos de aprendizaje profundo tiene una precisión
del 96 % de aciertos en el diagnóstico de la neumonía por coronavirus para
diferenciarla de la neumonía común u otras afecciones pulmonares, según fuentes
de la compañía. El centro de investigación Damo de Alibaba Cloud, filial de
computación en la nube del gigante chino del comercio electrónico, aseguró en
un comunicado que el programa, que ya se usa en más de 160 hospitales de China,
analiza imágenes de un TAC con una mayor velocidad de lo que puede hacer un
médico.
En cuanto a equipos informáticos, los
superordenadores también están facilitando las cosas a los investigadores. IBM
y el gobierno de Trump han firmado un acuerdo para aprovechar la potencia de la
supercomputación en investigaciones sobre el coronavirus y desarrollar modelos
epidemiológicos precisos que puedan facilitar las tareas de aislamiento y
detección de nuevos infectados.
Fuente: https://www.abc.es/