A través de las redes sociales y los
servicios de mensajería instantánea como Whatsapp, la información se propaga de
una manera eficaz y veloz como nunca antes había sucedido. Ahora con la
pandemia del Covid-19, el fluido de noticias y datos se suscita de manera
récord. Al alcance de la mano y con la posibilidad de retransmitirlo con apenas
dos toques, la comunicación en cuestión viaja en apenas un segundo. Sea real o
no.
Las fake news encuentran en estos servicios
el mejor aliado para reproducirse incluso más rápido que el coronavirus.
Entonces, ¿cómo podemos hacer para identificar qué información es verdadera y
cuál es falsa? Para ello es necesario un breve análisis que puede identificarse
rápidamente leyendo bien el mensaje.
La fuente suele no ser de fácil
reconocimiento aunque se camufla con palabras que intentan distraer el foco
concreto de dónde proviene la información. 'Un hospital de Nueva York' o 'el
cirujano sueco Henriksen del sanatorio de Estocolmo', son algunos de los
ejemplos que decantan un origen noticioso difuso. Buscar en Google los nombres
de los especialistas citados es una gran herramienta para desmentir el mensaje.
Algo similar ocurre con aquellos datos que
involucran a instituciones u organismos. No hay links a estos canales oficiales
y muchas veces ni siquiera tienen una referencia. Y aquellos casos en los que
se anexa un link o un documento, la web tiene una dirección sospechosa o el
archivo puede haber sido editado por cualquier persona.
Se estima que todos los usuarios del mundo
de redes sociales y mensajería instantánea han recibio alguna vez en su vida
cadenas o mensajes falsos y los han reenviado. La mejor manera de evitar esto
es desconfiar de la veracidad del mismo antes de continuar con el hilo de
difusión de algo que puede no ser verdad. Google es nuevamente una gran manera
de desenmascarar las fake news copiando y pegando parte del texto recibido.
Fuente: https://www.msn.com/