El sector
industrial afectado está solicitando al Gobierno una adecuación en el
tratamiento arancelario de aceites y harinas, para poder continuar operando.
El agravamiento de la crisis en la industria
procesadora del girasol en la Argentina detonó la preocupación por el cierre de
nuevas plantas, con pérdida de empleos, como consecuencia de la eliminación del
diferencial arancelario, hace 60 días, que la protegía de las maniobras
proteccionistas de distintos mercados externos.
El sector industrial
afectado está solicitando al Gobierno una adecuación en el tratamiento
arancelario de aceites y harinas, para poder continuar operando.
Tras la reducción de
todos los derechos de exportación al girasol hace dos meses, con la sanción del
decreto 133/2015, también se liquidó el diferencial que favorecía a la
industria procesadora del girasol, estimulando la exportación del grano sin
elaborar, la que aumentó desde el 16 de diciembre pasado -cuando se conoció el
mencionado decreto- más de 20 veces sobre el promedio exportado entre 2011 y
2015, alcanzando casi 60 mil toneladas en apenas 60 días.
La eliminación del
diferencial arancelario (los derechos de exportación removidos beneficiaban la
venta externa de los productos industrializados con respecto al grano de
girasol), produce la pérdida de competitividad de las empresas procesadoras del
girasol en relación con la exportación del grano o, en definitiva, con respecto
a la industria aceitera radicada en otros países.
Recientemente han
dejado de operar plantas aceiteras girasoleras por falta de suficiente materia
prima y ahora la exportación de grano de girasol va a agravar la situación de
las que perduraban en el mercado, las que se encaminan también a su cierre y el
despido de su personal.
También hay
obstáculos externos. Sucede que la Unión Europea aplica una normativa sobre
pesticidas que perjudica significativamente al aceite de girasol respecto del
grano, ya que aplica el mismo límite máximo de residuo para el grano que para
el aceite, siendo que en el aceite la concentración es mayor, a pesar de que el
proceso de refinado elimina esos residuos. Por eso, en caso de
verificarse exportaciones de grano de girasol a la Unión Europea y dada esa
norma injusta, la cámara sectorial, CIARA, podría estudiar la realización de
acciones específicas ante los organismos de la UE.
Sin embargo, el
principal problema sigue siendo la eliminación del diferencial en favor que
favorecía a la industria local girasolra. El principal mercado para el aceite
de girasol crudo, la Unión Europea, aplica un diferencial arancelario de
importación muy superior incluso al diferencial de exportación existente antes
del Decreto 133, ya que aplica un derecho de importación para el aceite crudo
destinado a la fabricación de productos para la alimentación humana del 6,4%
contra 0% que aplica a la semilla de girasol.
Asimismo, Ucrania,
importante exportador mundial, cuenta con una importante ventaja de flete en
relación con la UE, por la cercanía geográfica, y a los otros posibles mercados
de aceite de girasol argentino, además de tener un diferencial arancelario de
exportación del 10%.
Tampoco existe la
posibilidad de exportar aceite refinado y envasado de girasol, ya que mientras
en la Argentina tienen el mismo tratamiento arancelario de exportación, en los
países consumidores se los grava con mayores impuestos de importación.
Fuente: http://infocampo.com.ar/nota/campo/77599/se-profundiza-la-crisis-de-la-industria-de-girasol-y-advierten-por-nuevos-cierres