Aunque el impacto tardío en la región permitió que los
países se prepararan mejor para enfrentarlo, el costo económico ha sido muy
elevado. ¿Cuáles son las perspectivas para América del Sur frente a la crisis?
El brote de coronavirus (COVID-19) representa una de
las crisis más profundas y, ciertamente, la más importante de los últimos 50
años. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en su última revisión que
la desaceleración en el PBI mundial se acercará al 5% para fines del 2020; en
tanto que, aun cuando proyecta alguna recuperación para el 2021, el efecto de
la pandemia y la incertidumbre mantendrán la tendencia de crecimiento por
debajo de los niveles proyectados antes de la crisis.
La interrupción de la actividad económica como
resultado de las medidas de aislamiento y contención del virus, está teniendo
efectos devastadores y generando perspectivas desalentadoras de crecimiento
para la mayoría de los países del mundo, situación que impacta mayormente a los
más pobres o en desarrollo, que suelen exhibir una situación más endeble y en
los que la pandemia ha agudizado crisis preexistentes.
En el caso de Latinoamérica y, especialmente, América
del Sur, la experiencia observada en otras regiones ha permitido el diseño de
estrategias y medidas algo más efectivas contra el brote de COVID-19, aunque no
ha podido evitarse el cierre de fronteras, el distanciamiento social, las
cuarentenas obligatorias y el cese de una gran parte de la actividad económica.
Tales medidas, sumadas a la desaceleración en la
economía global, la contracción en los precios internacionales de las materias
primas y el turismo, y el mayor costo para financiarse, están castigando
severamente a los países de la región y deteriorando sus perspectivas de
desarrollo, con tan solo un atisbo de recuperación para 2021.
Con base en lo anterior, el informe “Una revisión del
impacto económico de COVID-19 en América del Sur” realizado por KPMG América
del Sur examina cómo se están viendo afectadas las economías de la región y los
sectores productivos por el brote de COVID-19, como así también los canales
mediante los cuales el brote afecta a la región (la caída en la actividad
económica, la caída de los niveles de exportación y de la demanda de turismo, y
el endurecimiento de las condiciones de acceso al crédito) y las medidas que
los países están tomando para mitigar su impacto.
“Si bien las perspectivas de crecimiento para 2021
parecen ser algo más alentadoras que las que observaremos a fines del 2020 en
todo el mundo, la fase de recuperación en América del Sur puede ser algo más
lenta. Haciendo a un lado la incertidumbre reinante respecto al final de la
pandemia, es importante señalar que, durante la fase de recuperación, serán
determinantes las medidas de cooperación internacional, especialmente para
nuestra región”, comentó André Coutinho, socio líder de Clientes y Mercados en
KPMG América del Sur.
“Mientras el levantamiento de las barreras al comercio
y al control del capital favorecerán al comercio internacional y a la
reanudación de los flujos monetarios, las medidas de alivio sobre la deuda
pueden facilitar la fase de recuperación en los países más pobres o
endeudados”, concluyó. –
Fuente: https://mercado.com.ar/geopolitica/el-impacto-economico-de-la-pandemia-en-america-del-sur/