
En este marco, y para evitar un deterioro aún mayor, el
Poder Ejecutivo respondió con distintos programas que buscaban contener la suba
de precios, al menos en el corto plazo. En este sentido, no es casual que la
inflación haya promediado menos de 2% mensual entre abril y julio, muy por
debajo del casi 4% de cierre de 2019 y del 2,5% del primer trimestre de 2020.
No obstante – explica la consultora Ecolatina-, más allá de esta dinámica
“positiva” del nivel general, aparecieron fuertes heterogeneidades hacia el
interior del proceso inflacionario.
Por este motivo, analizar de manera desagregada el
índice de precios al consumidor nos permitirá comprender mejor qué pasó en los
últimos meses, entendiendo así qué bienes y servicios quedaron “adelantados” y
cuáles rezagados.
Utilizando los microdatos del IPC GBA Ecolatina,
armamos distintos índices, según los grados de libertad disponibles para
ajustar los precios. Como punto de partida, tomamos las tres categorías del
INDEC -Regulados, Estacionales y Núcleo-, a la par que abrimos la más relevante
en IPC Núcleo Controlado e IPC Núcleo Libre. Veamos entonces qué contiene cada
uno y qué nos dice sobre el futuro.
El IPC Regulados comprende alrededor de un quinto del
IPC total y abarca a los bienes y servicios que el gobierno controla casi de
manera directa o que poseen un elevado componente impositivo.
En este grupo aparecen las tarifas de servicios
públicos, los combustibles y los cigarrillos, entre otros. Entre enero y
agosto, esta categoría subió 8% (aportando 2,0 p.p. al Nivel General), mientras
que el IPC GBA Ecolatina trepó 19%. Aparece entonces la primera luz amarilla de
sostenibilidad: solo en este año, el atraso acumulado habría sido cercano a 10
p.p.
El segundo subgrupo que menos subió fue el IPC Core
Controlado, compuesto por bienes de consumo masivo, como ser alimentos y
bebidas, productos de limpieza y de cuidado personal, que fueron afectados por
los planes de Precios Máximos y Precios Cuidados.
Este conjunto, que representa un quinto del IPC, avanzó
solo 15% entre enero y agosto. No obstante, esta suba se explica por un salto
de 8,4% en el primer trimestre pre-pandémico y de menos de 6% entre abril y
agosto (concentrada en los últimos dos meses, cuando acumuló un alza de casi
5%, producto de las autorizaciones de la Secretaría de Comercio).
Problema para
la post pandemia
Ahora bien, lo que fue alivio durante la cuarentena
podría ser un problema para la post pandemia: los precios de estos bienes, esenciales
para cualquier canasta de consumo, quedaron muy rezagados frente a los demás.
En consecuencia, y algo de eso ya se empezó a vislumbrar con el
descongelamiento de Precios Máximos en los últimos dos meses, sumarían
presiones en el corto plazo.
En este sentido, conforme a nuestras estimaciones, sin
el programa de Precios Máximos, el avance del IPC Core Controlado habría
rondado el 20%, sumando casi 1,5 p.p. a la inflación general acumulada en los
primeros 8 meses del año. Por lo tanto, cuando este programa se flexibilice,
correspondería esperar una aceleración en la suba de estos precios, que
obviamente impactará de lleno en el Nivel General.
Por su parte, el IPC Core Libre, acumuló un alza de 26%
en los primeros ocho meses de 2020, repartido de manera bastante similar a lo
largo del año (3,0% promedio en el primer trimestre y 2,9% entre abril y
agosto). Este grupo explica la mitad del Nivel General de precios y está
compuesto por los precios de bienes y servicios sin regulaciones, componente
estacional y/o precios máximos/cuidados.
Más allá de esta dinámica relativamente uniforme, por
el tamaño en el índice y la amplia gama de rubros que comprende cabe detenerse
en este punto. En primera instancia, resalta la aceleración de Equipamiento del
hogar y de Equipos electrónicos en los últimos tres meses: desde que el Banco
Central publicó la Comunicación A7030, que obliga a algunas empresas de ramas
“no esenciales” a importar con dólares propios, los precios de estos dos
capítulos avanzaron 16,7% y 14,0%, entre junio y agosto, acumulado una suba de
40,2% y 38,0% en los primeros ocho meses del año.
En un sentido similar, resalta la dinámica de
Alquileres: acumulan una suba de 30,6% en el año, explicada por un salto de
18,1% en los últimos tres meses, casualmente, luego de que se sancionara la ley
que rige y limita sus actualizaciones futuras. Se observa de esta manera cómo,
a pesar de la dinámica relativamente homogénea a lo largo del año, el IPC Core
Libre contiene importantes disparidades en su interior.
Los próximos
meses
En último lugar, aparece el IPC Estacionales, que
explica casi el 10% restante del IPC. En este caso, la suba también alcanzó el
26% en el acumulado enero-agosto, pero por su heterogeneidad y, tal como su
nombre lo indica, estacionalidad, es poco lo que hay para decir y analizar en
la materia.
De cara a los próximos meses, entonces, la situación
empieza a complejizarse. A pesar de que el gobierno congeló las tarifas de
televisión por cable e internet hasta fin de año, y que no habría aumentos en
los servicios públicos, aun cuando los subsidios económicos se hayan duplicado
en relación con 2019 (superan 1,5% del PBI en el acumulado enero-agosto 2020),
las tensiones inflacionarias reaparecerían.
Esta dinámica obedecería en parte a algunas
actualizaciones salariales y revisión de Precios Máximos, y en mayor medida a
las presiones cambiarias que posiblemente se terminen trasladando al nivel de
precios. En este marco, proyectamos que la inflación se aceleraría hacia fines
de año y cerraría el 2020 apenas por debajo del 39%, promediando un 4% mensual
en el último cuatrimestre.
Para peor, y antes de cerrar, vale remarcar que, aún
con esta aceleración, muchas correcciones de precios relativos quedarán
pendientes para 2021: a las mencionadas tarifas de servicios públicos y
privados, se sumarían algunas actualizaciones salariales, nuevas
flexibilizaciones de Precios Máximos y, posiblemente, más presiones sobre el
tipo de cambio. Por lo tanto, la aceleración inflacionaria no sería solo
cuestión de fines de este año: también persistiría una vez entrado el año
electoral.
Fuente: https://mercado.com.ar/economia-y-politica/regulaciones-e-inflaciones-muchas-presiones-latentes/