
Desde hace ya
muchos años hemos estado planteando que una de las razones clave del
estancamiento de la productividad de las economías latinoamericanas es la baja
digitalización de la producción[i].
Como hemos
documentado, la contribución de la productividad total de los factores de
capital, trabajo y materias primas, denominada productividad multifactorial, al
crecimiento económico de la región para los últimos catorce años ha sido
negativa (-0,48%).
En este contexto,
la digitalización de la producción tiene un impacto significativo en la
productividad: de acuerdo con modelos econométricos que desarrollamos para la
Unión Internacional de Telecomunicaciones, un aumento del índice de
digitalización de un país de 1% resulta en un incremento de 0,26% en el PIB, y
de 0,23% en la productividad multifactorial.
Es por ello que, el
aceleramiento en el desarrollo de la digitalización, tanto en términos de
infraestructura digital como en el crecimiento de industrias digitales y la
correspondiente digitalización de la producción, representa la palanca
fundamental para el aumento de la productividad multifactorial y el
correspondiente cerramiento de la brecha que separa a América latina de las
economías avanzadas.
Es en este contexto
que la región se encuentra afectada por la irrupción del COVID-19.
En su última
actualización, la CEPAL proyecta una contracción de -9.1% del PIB
latinoamericano, con una tasa de pérdida de puestos de trabajo aún mayor. Es
por ello que la digitalización de la producción continúa siendo un factor
preeminente para permitir a la región aumentar su resiliencia económica y
reencauzar su crecimiento.
Sobrellevar la crisis
Las primeras
observaciones anecdóticas indican que las empresas latinoamericanas han
encarado la digitalización de procesos como única manera de sobrellevar la
crisis.
Partiendo de una
desventaja importante en términos de digitalización de las cadenas de
suministro (tan solo 44% de las empresas latinoamericanas adquiere insumos en
línea), el impacto en la resiliencia económica de incrementar el
aprovisionamiento mediante canales B2B es significativo.
Una migración
creciente a canales electrónicos para la compra de insumos representa no solo
una manera de sobrellevar los efectos de la pandemia, sino también de encarar
el crecimiento de la digitalización de la producción cuando el impacto del
COVID-19 comience a disminuir.
El desafío no es
uniforme para todos los sectores económicos. Como es de esperar, aquellas
empresas que han “nacido” digitales tienen menos dificultad para encarar la
digitalización de procesos.
Asimismo, ciertos
sectores como lo son la salud y la logística, han tenido que encarar su
transformación digital como única manera de sobrevivir.
Los grandes
desafíos residen, por ejemplo, en el sector manufacturero y la construcción,
entre otros, donde una tasa de digitalización de procesos lenta está
directamente asociada con la probabilidad de supervivencia.
Es así como la
digitalización de procesos productivos no es solo una manera de mitigar la
disrupción de COVID-19, sino de construir un futuro de crecimiento económico.
(Publicado originalmente en la
edición impresa de Mercado dedicada al 51 aniversario de la publicación)
Fuente: https://mercado.com.ar/empresas-negocios/digitalizar-la-produccion-es-lo-que-viene-tras-la-pandemia-2/