En un alto en su rutina que lo lleva de la City al Monumental, Jorge Brito concedió un mano a mano con ámbitoBiz. Los primeros días de Macri, el acuerdo con los holdouts, dólar, inversiones extranjeras, blanqueo, el futuro de los bancos y la apuesta a energías renovables, ejes de la charla. Además, se mete en el gran debate del fútbol: Asociaciones civiles vs. S.A.
Periodistas: El Gobierno está tomando una
serie de medidas y dice que es para normalizar el país. ¿Lo ve así?
Jorge Brito: Absolutamente. Creo que este
Gobierno ha tomado muchas de las medidas que el mundo y el sector privado
consideraban que había que tomar. Y no es nada muy evolucionado. El tipo de
cambio tiene que ser el equivalente a que se intermedie la oferta y la demanda
sin intervención, y que en definitiva uno puede monitorear eso a través de la
tasa de interés, pero no a través de cepos y cuestiones circunstanciales, pero
que no son soluciones de fondo. El tema energético es tan sencillo como ver cuánto
pagan no te digo los países europeos sino nuestros vecinos de América. En la
Argentina, el individuo y la empresa pagaban algo cercano al 15% o al 20% de lo
que se paga en otros países. Ahora estamos yendo a que las tarifas de
electricidad y gas vayan a algo más razonable, que pueda permitir que con una
tarifa más razonable haya más inversiones, porque la Argentina necesita de
muchísima infraestructura en todos los aspectos, y esa estructura viene a
través de inversiones, que van a venir en el momento en que haya rédito
económico.
P.: Esos ajustes son impopulares...
J.B.: Esa es la realidad de cómo funciona el
mercado en todo el mundo. Después de 10 o 12 años de que las cosas no
funcionaron de esa manera, obviamente para determinadas personas de segmentos
medios y medios bajos es malo. Es natural que sea así, que piensen que es malo,
porque ellos vivieron de una manera y hoy le están diciendo "el precio es
otro". Es por eso que creo que es importante que haya mecanismos de
contención social para que esas personas no se vean afectadas íntegramente por
estos ajustes.
P.: Hoy vemos que ese ajuste está impactando
en la inflación. ¿Cree que el Gobierno va a poder bajarla en el segundo
semestre?
J.B.: La inflación va a bajar indudablemente
en el segundo semestre. Porque hay determinados aspectos que pegan sobre el
índice que no son necesariamente inflación. O sea, hubo determinados aumentos
que fueron por única vez. Son los que tienen que ver con el dólar, con las
tarifas, las retenciones, todo eso es un impacto por única vez en el primer
semestre, no lo va a haber en el segundo. Ahora igualmente si uno saca estos
conceptos es una inflación alta, no seguramente del 3% mensual, pero cercana al
2% en el segundo semestre. Yo creo que la Argentina va a tardar algunos años en
llegar a una inflación de un dígito. Pero creo que las medidas que se están
tomando son las adecuadas para alcanzar eso. Lo que necesitamos es inversión
fuerte desde el exterior, a través de emisión de deuda y de blanqueos, para que
entren capitales líquidos del exterior.
P.: ¿Cómo debería ser ese blanqueo?
J.B.: No soy un experto tributario; he leído
algunos proyectos que eran similares en los aspectos tributarios. Parte del
blanqueo va a tener que ver con gente que tiene plata acá en la Argentina y
necesita blanquearla para poder gastarla. Y parte tiene que ver con cuestiones
tributarias. Esa gente va a empezar a pagar Bienes Personales todos los años.
Creo que las dos cuestiones son importantes para la Argentina. Creo que lo más
importante, más allá de la alícuota, es que la gente confíe plenamente en esto,
y que pueda generar un efecto económico en la Argentina.
P.: ¿Cómo ve la reinserción de la Argentina en
el mundo a partir del cambio de Gobierno?
J.B.: Creo que es muy bueno. Eso ayuda a que
las embajadas y los países puedan acercar inversores de afuera. A mí me toca
ver diariamente muchos fondos de inversión que vienen a la Argentina, porque
obviamente hoy la Argentina, distinto de lo que era años atrás, pasó a ser la
niña mimada de Latinoamérica a la que todos miran y en la que no se puede no
estar.
P.: El Gobierno busca u$s 30.000 M de
inversión extranjera al año. ¿Lo ve factible?
J.B.: Lo primero que hay que tener en cuenta
es que cuando uno habla de inversión, no sólo habla de lo que pasa en nuestro
país y el nivel de confianza y las cosas que estamos haciendo, sino que también
tiene que ver con la oferta, con lo que está pasando en el mundo. Obviamente,
este mundo 2016 no es el mismo de 2004 a 2014, con una interrupción de dos
años, en la que había muchísima liquidez, y los países emergentes eran los
principales en tomar esos beneficios básicamente porque el precio de los
commodities era alto, la tasa de interés era baja, había mucha liquidez en el
mundo, China crecía a tasas muy altas, Brasil también lo hacía, o sea el mundo
ideal. El mundo desarrollado con tasa baja y mucha liquidez hoy ha cambiado. Y
si uno mira el año 2015 y mira las necesidades que tiene la Argentina entre el
Estado, los privados, uno piensa que se necesitan entre u$s 25.000 y u$s 30.000
millones para el próximo año. Pero cuando se observa que la inversión en 2015
de emergentes para Latinoamérica fue algo así como u$s 45.000 o u$s 50.000
millones, es difícil creer que la Argentina se va a llevar el 70% de eso.
P.: Entonces es muy difícil...
J.B.: Lo que quiero decir con esto es que la
Argentina va a tener que hacer esfuerzos, no solamente para poder capturar
inversión en el exterior, sino también en el aspecto del blanqueo, organismos
multilaterales también pueden ser facilitadores del financiamiento externo.
P.: ¿Cómo impacta en la Argentina la crisis en
Brasil?
J.B.: Veo más aspectos negativos que positivos
en lo que está ocurriendo en la economía brasileña. Primero porque la
devaluación de Brasil hace perder competitividad a la devaluación argentina.
Otro aspecto es que se trata del segundo socio comercial más importante de la
Argentina y siempre que su socio esté empobrecido genera aspectos negativos al
vendedor. Y genera también una contaminación regional, que si bien el mundo
entiende que la Argentina va en un proceso inverso a lo que está pasando en la
región, Brasil de alguna manera ha contaminado a los mercados de la región.
P.: ¿Ve la posibilidad de una alianza distinta
en términos geopolíticos en la región, como abrirse al Pacífico?
J.B.: Naturalmente, todo lo que sea apertura
de nuevos mercados para la Argentina como exportador de commodities y pensando
a futuro como exportador de agroindustria, todo lo que sea apertura de nuevos
mercados va a ser favorable para nuestro país.
P.: ¿Cómo ve el tipo de cambio?
J.B.: Yo creo que para el inversor hoy es una
posibilidad invertir en pesos. Creo que el tipo de cambio que tenemos puede ser
un techo para este año y la tasa de interés es muy atractiva. Con lo cual
indudablemente va a ser mejor hoy una inversión en pesos por el tipo de cambio
y la tasa de interés que te da, que una inversión en dólares.
P.: ¿Cree acertada la política del Banco
Central para contener la salida hacia el dólar?
J.B.: La verdad es que la única herramienta
que hoy tiene el BCRA para poder combatir el dólar es con la tasa de interés y
eso cumple una doble función. Por un lado, bajar la inflación, porque en la
medida en que uno baja el circulante, baja la demanda de productos; por ende,
hay menos inflación. Y por otro lado, lo mismo ocurre con la demanda de
dólares.
P.: ¿Cómo ve el sistema financiero?
J.B.: Creo que el sistema financiero de la
Argentina en los próximos 10 años va a cambiar mucho de lo que era este sistema
financiero. Que si bien después de la crisis de 2002-2003 ha tenido una
rentabilidad lógica, creemos que eso va a cambiar que la banca, de ser una
banca netamente transaccional como ha sido este sistema financiero de los
últimos 10 años, a ser una banca más de inversión, con ahorristas de largo
plazo, con préstamos también de largo plazo. Cuando uno mira los préstamos
hipotecarios que hay propiamente a individuos, no el del rubro préstamos
hipotecarios que muestran los bancos que se mezclan con préstamos comerciales
con garantía hipotecaria, digamos préstamos hipotecarios que toma un individuo
para comprar su vivienda, ésos están por debajo del 1,5% del porfolio de
créditos de un banco; eso debería ser cercano al 15% o al 20%. Ahí tenés toda
una clase media que en la medida en que uno tenga una moneda dura van a ser
sujetos de crédito para un banco para un préstamo a 20 o 30 años. No solamente
hay que imaginarse el aspecto positivo que va a tener que esos individuos van a
poder comprar una vivienda, sino también lo que va a generar a nivel actividad.
P.: ¿Qué debería hacer el Gobierno para
incentivar los créditos hipotecarios?
J.B.: Lo primero que hay que tener en cuenta
es, en mi opinión, que los individuos por lo menos los de clase media tienen
que endeudarse en moneda local. Miremos si no lo que pasó en Grecia cuando pasó
lo que pasó con el euro en 2008, lo que pasó en la Argentina en 2001. Entonces
para que pueda haber un endeudamiento en pesos a largo plazo uno necesita tener
una moneda dura, previsible, que se sepa cuál es la tasa de valuación anual,
cuál es la tasa de interés anual. Obviamente, recién lo decíamos, estamos en un
semestre en el cual este ajuste de precios está generando distorsiones y eso
necesitamos que se acomode. Por lo cual yo creo que en el segundo semestre, en
la medida en que se empiece a ver una tasa de interés y de inflación más
estable, que la gente ya empiece a confiar en que el valor del dólar es ése y
no el de ese día, la liquidez de los bancos ya está para eso. Los bancos
necesitamos certidumbre para prestar a largo plazo. Y también lo van a
necesitar los individuos
P.: Hace días Banco Macro dio la campanada en
la Bolsa de Nueva York, ¿cómo fue ese viaje?
J.B.: Como es público, el banco hace 10 años
listó sus acciones que ya estaban listadas en la Bolsa de Buenos Aires en el
NYSE. En su momento la cotización de la acción fue u$s 19. Hoy vale u$s 65. Con
todo lo que pasó en la Argentina en el medio. Compramos tres bancos. Aumentó la
dotación un 40%. Todos aspectos muy positivos. Y obviamente el desafío es muy
distinto hoy para los próximos 10 años, porque creemos que la Argentina va
hacia otro lado. Decía que la banca va a manejar relaciones de más largo plazo
y no transaccional como era actualmente. Y afortunadamente nos encontramos en
un momento en el cual el mundo nos mira con buenos ojos y el flujo de capitales
va a ser muy positivo para la Argentina, con lo cual somos muy optimistas.
Hemos tenido este evento de la campanita, pero hubo muchas reuniones con fondos
muy importantes.
P.: ¿Están interesados en la Argentina?
J.B.: Muchísimo. Antes venía una vez por mes
un fondo acá a la Argentina y venía más para ir a un buen restorán que otra
cosa. Ahora vienen todos los días. Es muy positivo lo que estamos viendo,
tenemos constantemente fondos de inversión que están acá en la Argentina viendo
qué negocio pueden hacer porque la Argentina hoy es muy atractiva.
P.: ¿Y qué les recomiendan?
J.B.: A mí me gusta mucho el sector
energético, todo lo que tiene que ver con infraestructura también. Y obviamente
el sector financiero creemos que puede tener un derrame muy importante, porque
tal vez es de las pocas actividades a las que les va bien cuando le va bien a
todo el resto de las actividades. Todo se maneja a través de bancos, por lo
cual cuando a todo el país le va bien, lo primero que sube son los bancos.
P.: ¿Qué evaluación hacen del acuerdo con los
holdouts?
J.B.: Con muchísimo optimismo. Es un tema que
había que terminarlo. Cuanto más tardáramos en resolverlo más caro iba a ser.
P.: ¿Hace poco tomaron el control de Genneia,
empresa de la que usted es su presidente, ¿por qué invirtieron en energías
renovables?
J.B.: Adquirimos el 25% hace 4 o 5 años. Lo
que ocurrió el año pasado es que Alejandro Ivanissevich vendió su parte y fue
adquirida por un fondo que se llama PoinState, que deben ser junto con Fintech,
el otro socio nuestro, los dos fondos que más plata han invertido en la
Argentina en los últimos años. Un poco la visión de los fondos ha sido similar
a la nuestra. La necesidad inminente que tiene la Argentina de suplir este
déficit energético que tenemos, en torno a 2.500 mW por año, y si bien todos conocemos
la importancia y el futuro que tiene Vaca Muerta y todo el shale oil y el shale
gas que puede surgir de esa reserva inmensa que tenemos, sabemos que eso es muy
costoso y va a tardar mucho tiempo. Con lo cual estamos convencidos de que las
energías renovables, fundamentalmente la eólica y la fotovoltaica, van a tener
un rol fundamental en este crecimiento de la oferta energética que va a tener
la Argentina en los próximos años.
P.: ¿Cómo analiza el mercado de energía
renovables para este año?
J.B.: Estoy convencido de que este año va a
haber una licitación, que aparentemente va a ser dentro de unos meses, por
1.000 megas, lo que representa una inversión muy importante para la Argentina,
cercana a los u$s 2.000 millones. Y le genera un ahorro en términos cambiarios
muy importante a la Argentina, porque por esa energía que va a generar va a
dejar de importar fuel oil y gasoil, que aparte de ser contaminantes, tienen un
efecto cambiario y fiscal negativo muy importante para la Argentina.
P.: La ley de energías renovables propone
lograr que un 8% de la matriz nacional de la energía eléctrica sea aportada en
2017 por fuentes renovables. ¿Las empresas van a alcanzar ese nivel?
J.B.: Va a haber determinado grupo de empresas que lo van a hacer, individualmente van a comprar. Y en otras empresas medianas y más chicas, lo que va a ocurrir es que Cammesa directamente va a comprar ese porcentaje para ponerlo dentro de la distribución general. Las empresas van a ver que no es sólo un tema de impacto ambiental y normativo, sino que también va a ser muy importante para ellas tener asegurada toda su demanda energética para la producción.
Fuente: http://www.ambito.com/movil/noticia.asp?id=834016