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Violación grupal en Palermo: no pueden ser “enfermos” ante la Justicia

Violación grupal en Palermo: no pueden ser “enfermos” ante la Justicia
“Hijos sanos del patriarcado”, ningunos “enfermos” son los seis violadores que se turnaron, el pasado martes a las 13 hs., para violar a una joven de 20 años en un auto en pleno Palermo y luz del día.
Ángel Pascual Ramos (23), Tomás Fabián Domínguez (21), Lautaro Dante Ciongo Pasotti (24), Ignacio Retondo (22), Steven Alexis Cuzzoni (20) y Franco Jesús Lykan (24) tenían plena conciencia de lo que hicieron.
Socialmente se los puede llamar “enfermos” ante la atrocidad incomprensible del hecho sucedido, sin embargo, esa carátula los defendería ante la Justicia, ya que no puede ser juzgado con las mismas leyes a quien no esté en su sano juicio.
Recientemente se conoció un video aportado por las cámaras de seguridad vial del Gobierno de la Ciudad, donde muestra a los seis varones caminando con la víctima, quien mostraba dificultad para caminar y se estudia si la habían drogado en el boliche del que provenían. Se trata de “Espacio No”, ubicado en Thames al 1.600.
Con este nuevo material, la Justicia ya cuenta con siete videos que les permitirá reconstruir el hecho y asentar la condena a los ahora imputados en la causa. Algunos son grabaciones de los momentos previos a la violación, otros durante y posteriores, incluso. Además, hay numerosos testigos del hecho.
Aún más, Ángel Pascual fue visto por agentes de la fuerza porteña arrastrando a la víctima del cabello mientras intentaba huir.
Este martes por la tarde, en la localidad de Munro, agrupaciones feministas, estudiantes, ex-estudiantes y docentes locales se movilizaron para reclamar “Justicia” y exigir la efectiva implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) para erradicar la cultura de la violación.
Cultura de la violación
Estas chicas dispararon directo a las raíces de este hecho, la cultura de la violación, es decir, el sistema que oprime a mujeres y diversidades, consideradas objetos de consumo y expropiadas de su propio cuerpo. Una cultura que hipersexualiza y cosifica a las mujeres desde las actividades más cotidianas: charlas, chistes, películas, publicidad, pornografía, etc., que las reduce con el aval cómplice de las instituciones que no condenan estos hechos y que, por lejos, los naturalizan hasta la impunidad. Es por eso que la condena social toma un rol protagónico en la lucha por la deconstrucción de los mandatos misóginos que amparan hechos como la violación grupal de Palermo que lejos están de ser hechos aislados.
Es por eso que los movimientos feministas proponen dejar de mal llamarlos enfermos para entender colectivamente que son “hijos sanos del patriarcado”, lo cual significa que son varones que cumplen con los mandamientos culturales machistas impuestos a los varones heterosexuales y cisgénero.
Llamarlos “enfermos” es negar esa matriz cultural patriarcal que permite que la policía haya encontrado a cuatro varones desnudos junto a la joven semi inconsciente en el interior de un auto Volkswagen Gol color blanco y dos más afuera del mismo, haciendo “de campana”.
En la cultura de la violación, los roles ya están definidos: los varones son quienes tiene el poder y las mujeres, las víctimas. Esto queda ejemplificado con que, tras conocerse a los seis violadores, una joven identificada como Giuliana denunció que también fue víctima de uno de los imputados, Ignacio Retondo, y que la abusó sexualmente cuando era una adolescente y afirmó: “No lo pude hablar por muchos años por el mandato social de que la mujer tiene la culpa”. Romper mandatos es salvar vidas


Fuente: http://tiempojudicial.com/2022/03/03/violacion-grupal-en-palermo-no-pueden-ser-enfermos-ante-la-justicia/